La OTAN apuesta por la diplomacia en Ucrania pero teme una guerra
Desde Moscú exigen tratados que excluyan toda futura participación de Ucrania en la Alianza Atlántica
Estados Unidos tendió el viernes una mano a Rusia pero también previno que no se dejará «distraer» de sus exigencias en vísperas de una semana de conversaciones que, de fallar, podrían desembocar en un «nuevo conflicto» en Ucrania, según la OTAN.
«El reforzamiento militar de Rusia continúa sobre Ucrania y está acompañado de un discurso amenazante de Moscú si sus exigencias no son aceptadas. Pero estas son inadmisibles y el riesgo de un nuevo conflicto es real», dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, tras una video conferencia con los ministros de asuntos exteriores de los países de la Alianza.
«Debemos prepararnos para la perspectiva de que las consultas fracasen», estimó. Los occidentales y Ucrania acusan a Rusia desde hace varias semanas de haber concentrado decenas de miles de tropas en la frontera ucraniana con miras a una potencial invasión y han amenazado con sanciones «masivas» y sin precedentes si Rusia ataca a su vecino.
De su lado, Moscú exige tratados que excluyan toda futura participación de Ucrania en la OTAN y el compromiso de parte de los aliados atlánticos de reducir sus fuerzas a las puertas de Rusia.
Para tratar de superar esta nueva crisis por medio del diálogo, los diplomáticos estadounidenses y rusos se encontrarán el próximo lunes en Ginebra, previo a una reunión entre OTAN y Rusia programada para el miércoles en Bruselas y después un encuentro el jueves en Viena con la Organización por la Seguridad y la Cooperación en Europa(OSCE), de la que Kiev es miembro.
Exigencias «inadmisibles»
«Estamos dispuestos a responder con fuerza a una nueva agresión rusa. Pero una solución diplomática aún es posible, y preferible, si Rusia la elige», dijo el jefe de la diplomacia estadounidense Antony Blinken a la prensa en Washington, tras participar en la reunión virtual de la OTAN.
Jens Stoltenberg estimó también que la reunión entre la OTAN y Rusia, la primera desde el verano de 2019, era «una señal positiva, pues las tensiones son muy elevadas».
Pero los ministros occidentales también llamaron a la «desescalada» rusa para favorecer la diplomacia, reiterando sus líneas rojas.
«Está fuera de discusión que la OTAN se apoya en el principio de legalidad de cada nación a elegir si propia vía, incluido el tipo de acuerdo de seguridad del que quieran hacer parte», sostuvo el jefe de la Alianza.
Rusia «quiere llevarnos a un debate sobre la OTAN, más que dejarnos concentrar sobre el verdadero problema, que es su agresión contra Ucrania. Nos nos dejaremos distraer por eso», manifestó Blinken en un discurso muy ofensivo a ojos de Moscú.
«Creo que esto forma parte seguramente de su estrategia de presentar una lista de exigencias absolutamente inadmisibles y luego pretender que la otra parte no sigue el juego y usar eso como justificación para una agresión», afirmó el secretario de Estado.
Blinken también advirtió contra la posibilidad de que Moscú «urdiese una provocación o un incidente para utilizarlo en su propósito de justificar una intervención militar, con la esperanza de que cuándo el mundo se de cuenta de su estrategia, sea demasiado tarde».
«La idea de que Ucrania pueda ser el agresor en esta situación es absurda», agregó el alto funcionario, recordando que los rusos anexaron Crimea en 2014 violando el derecho internacional y habiendo concentrado recientemente «cerca de 100.000 soldados en la frontera con Ucrania con planes para movilizar muy rápidamente el doble de esos efectivos».
Frente a la aparente voluntad del Kremlin de privilegiar un cara a cara con los estadounidenses, los países europeos reclamaron de nuevo su sitio en la mesa de negociaciones.
«Sea cual sea la solución, esta debe pasar por Europa», afirmó en París la presidenta de la Comisión europea Ursula von der Leyen, al lado del presidente francés, Emmanuel Macron.
Blinken, que ya se había comprometido con la participación europea también prometió a su homólogo ucraniano Dmytro Kouleba que no habría «discusiones sobre Ucrania sin la presencia de Ucrania».