El enigma alemán. ¿Por qué el gobierno de Scholz se resiste a enviar armamento a Ucrania?

A pesar de la firme propuesta del canciller alemán Olaf Scholz. A pesar de su «Zeitwende», o «punto de inflexión», un giro sin precedentes, desde la Segunda Guerra Mundial, en la política de defensa.

A pesar de su determinado alineamiento en defensa de Ucrania con grandes costes energéticos y económicos. A pesar de todo esto, Scholz, que soporta una gran presión desde su propio Gobierno, se resiste a autorizar la entrega de armamento pesado a Ucrania.

El mandatario alemán gobierna en una triple coalición con liberales y ecologistas (Verdes) y sus socios de gobierno le están pidiendo aumentar las ayudas a Ucrania, solicitando que den un paso más y aporten también tanques Leopard.

Desde el inicio de la guerra, Scholz ha mantenido su intención de no suministrar armas a zonas de conflicto, pero ahora se topa con la impaciencia de sus socios de Gobierno. A la vez, también recibe advertencias por parte de Rusia. Hay máxima tensión en Alemania.

Le decían literalmente que «inicie un consorcio europeo de países europeos relevantes para poder entregar los tanques Leopard 2 a Ucrania sin más demora». El texto fue propuesto por el político del Partido Verde alemán Reinhard Bütikofer.

El hecho de que se le pida a un jefe de gobierno, de un país de la UE, que haga algo «por su nombre en un informe del Parlamento Europeo» se considera inusual, especialmente porque la solicitud fue presentada por un miembro de los Verdes, con quien coaliga el gobierno federal. La decisión es un informe legalmente no vinculante.

La presión sobre el gobierno alemán para que permita las entregas de Leopard 2 es un clamor en el resto de Europa. Ya el 6 de octubre, el Parlamento Europeo votó a favor de suministrar estos carro de combate a Ucrania.

Por otro lado, el CEO del grupo de armamentos Rheinmetall (que fabrica el Leopard 2), Armin Papperger, dijo en una entrevista que su compañía no podría entregar carros de combate adicionales hasta 2024 como muy pronto.

Las peticiones de ayuda por parte de Ucrania, que suplan el desgaste de material provocado en la guerra y supongan una mejora en los tanques con los que operan sus Fuerzas Armadas, sitúan a los dirigentes de Alemania, en concreto al canciller Olaf Scholz y al Ministerio de Defensa, en una situación de presión.

Además, la posición de Alemania se ha visto aún más afectada si cabe debido a la reciente dimisión de su ministra de Defensa, Christine Lambrecht, por su incapacidad para reforzar la fuerzas armadas alemanas. Sin duda, la persona que ocupe dicho Ministerio se encontrará con una enorme presión y responsabilidad en el marco bélico internacional.

España ha expresado su intención de una posible entrega de tanques de batalla

También el ministro de Asuntos Exteriores de nuestro país, José Manuel Albares, ha expresado reservas sobre una posible entrega de los tanques de batalla, concretamente Leopard 2 de nuestro país a Ucrania, en este momento. No descartó una entrega en una fecha posterior y se refirió a la reunión del «Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania» en la Base de la Fuerza Aérea estadounidense en Renania-Palatinado el próximo viernes.

También el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, ya dijo la semana pasada que él y Andrzej Duda estaban en conversaciones para formar una coalición para suministrar carros de combate occidentales modernos a Ucrania. «Sin una coalición más amplia, no tenemos intención de entregar estos tanques», dijo Morawiecki el sábado.

De hecho, los tanques «Leopard» de fabricación alemana no pueden ser entregados a Ucrania por otros países sin una licencia de exportación del gobierno federal.

Aparentemente, la industria alemana está en condiciones de entregar de diez a quince tanques de batalla Leopard 2 reacondicionados este año, que luego podrían estar disponibles para Ucrania.

¿Qué está pasando en Alemania?

Suenan dos hipótesis.

Un primer análisis indica que la reticencia de Alemania se debe a intereses económicos y dependencias energéticas. Es cierto que los negocios con Rusia tienen una larga trayectoria, afectan a buena parta de la economía alemana, han supuesto un factor importante en su crecimiento y tales dependencias son vitales aún. La suavidad de este invierno está salvando bastante la situación.

Recordemos además que fueron miembros del SPD (Socialistas) quienes más se beneficiaron de estos lazos de forma destacada el excanciller Schröder. No se puede de la noche a la mañana desprenderse de tales dependencia energéticas y comerciales.

Efectivamente, los servicios secretos ucranianos y occidentales advierten de los preparativos de una gran ofensiva por parte de Rusia para este mismo mes de enero. Puede que la indecisión de Alemania sea realmente «precaución» ante los posibles efectos de un recrudecimiento de esta guerra.