Tren Ohio
¿Qué químicos se vertieron en el descarrilamiento de Ohio? ¿Son muy peligrosos?
El pasado 6 de febrero las autoridades locales liberaron de forma supuestamente controlada material tóxico con riesgo de explosión en un tren siniestrado tres días antes
El pasado 3 de febrero, un tren de carga de 100 vagones de la empresa Norfolk Southern descarriló en la pequeña localidad de East Palestine, en Ohio, cuando transportaba compuestos químicos que pueden llegar a ser muy peligrosos para la salud.
Según ha explicado la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), cinco de los camiones cisterna del tren transportaban cloruro de vinilo líquido, una sustancia extremadamente combustible, por lo que existía un riesgo elevado de explosión. Debido a ello, se realizó una quema controlada para tratar de mitigar el peligro y, según aseguran las autoridades, funcionó.
Las lecturas que se hicieron del aire de la zona en tiempo real indicaban que la calidad del aire se encontraba dentro de los límites normales, por lo que se indicó a los residentes que el peligro había pasado y que, por tanto, se levantaba la orden de evacuación que se había emitido para tratar de abordar la delicada situación.
No obstante, por redes sociales han sido muchos los que han compartido imágenes más bien alarmantes, de peces y ranas muertas en los arroyos locales que no lograron sobrevivir a los químicos vertidos.
Los químicos de Ohio
Las autoridades aseguran que la situación actualmente está totalmente controlada y que el lugar no entraña ningún peligro para los seres humanos.
Los químicos vertidos tras el incidente, según los representantes de Norfolk Suthern fueron:
- Acrilato de butilo
- Cloruro de vinilo
- Una pequeña cantidad de aceite lubricante no peligroso
El cloruro de vinilo, la sustancia por la cual fue necesario hacer una quema controlada de los vagones cisterna, es un compuesto que se utiliza en la fabricación de cables, embalajes plásticos y tuberías. Por norma general, su inhalación o su entrada en el cuerpo a través del agua o del contacto con la piel puede causar somnolencia, mareos y dolores de cabeza, aunque en exposiciones prolongadas en el tiempo se ha asociado a un mayor riesgo de cáncer de hígado y puede llegar a ser mortal.
Por otro lado, el acrilato de butilo es un líquido transparente e incoloro con un olor fuerte y afrutado que se emplea en la fabricación de plásticos y pinturas. Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional, es posible que esta sustancia entre en nuestro cuerpo inhalándola, ingiriéndola o absorbiéndola a través de la piel y puede causar irritación en los ojos, la piel y los pulmones. La exposición repetida puede provocar daño pulmonar.
La permanencia de los químicos en el ambiente
El cloruro de vinilo, la sustancia más tóxica vertida en el descarrilamiento, podría descomponerse en diferentes compuestos, entre los que se encuentra el cloruro de hidrógeno y el fosgeno, una sustancia que se utilizó como arma química durante la Primera Guerra Mundial como agente asfixiante.
Según la EPA, Norfolk Souther ha contratado a otra empresa que ya habría terminado las labores de descontaminación del lugar. No obstante, según señalan desde la CNN, los esfuerzos de limpieza no incluyeron la remoción de tierra, clave a la hora de enfrentarse a un vertido químico de este tipo.
«El suelo continuará liberando contaminantes, tanto en el aire como en el suelo circundante», asegura Richard Peltier, científico de salud ambiental de la Universidad de Massachusetts en Amherst, a CNN. «Cada vez que llueva, una avalancha de nuevos contaminantes podría ingresar al ecosistema».