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Javier Milei

Milei celebra con su equipo los resultados en las primariasAFP

Milei, el hombre que quiere «reinar» en Argentina con el anarco-liberalismo como razón de ser

El candidato derechista de La Libertad Avanza presentó sus credenciales como aspirante a la presidencia de Argentina tras aplastar al peronismo kirchnerista en las pasadas elecciones primarias

El economista Javier Milei, candidato argentino a la presidencia del país en las elecciones previstas para el próximo 22 de octubre por el partido La Libertad Avanza, y gran vencedor con el 30 % de los votos en las elecciones primarias del pasado domingo, asestó el golpe de gracia al peronismo kirchnerista.

Su candidato, el actual ministro de Economía, Sergio Massa –y candidato del peronista Unión por la Patria–, quedó en tercera posición 21,40 %.

Entre ambos candidatos se sitúa la centrista Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio, con el 28,27 % de los votos.

Milei, se podría decir, se ha quedado a gusto. Ha aplastado a los candidatos peronistas, su gran obsesión, y ha confirmado el giro a la derecha de Argentina.

Tras su derrota, Massa no podría haber tratado de levantarse con peor pie: al día siguiente de la derrota en las primarias el ministro de Economía devaluó aún más el peso, hizo a los argentinos algo más pobres y reforzó el mensaje del exultante candidato derechista.

Mientras Milei saborea su triunfo, el gobierno kirchnerista trata de contener la subida de los precios de los alimentos dando palos de ciego en medio de una subida del precio de la energía.

Economía en cenizas

Milei arrasó en un país con la economía reducida a cenizas por una inflación insostenible, que se prevé llegue al 142 % del PIB a finales de 2023, que ha disparado los precios y hundido la moneda argentina.

El peso argentino vale tan poco que algunos ciudadanos han empezado a desmontar las monedas para vender el metal.

En ese contexto, las propuestas de Milei de dolarizar la economía, privatizar empresas públicas, acabar con las indemnizaciones por despido, desmantelar el Banco Central –«dinamitar», dijo en realidad– y echar del poder a la casta política que arrastró a Argentina a esta situación durante décadas de corrupción, han calado entre unos votantes hastiados, sobre todo entre los abstencionistas crónicos.

Milei ha logrado captar el descontento de la sociedad argentina que vive en la percepción de una permanente depresión como país

La prensa internacional se ha echado las manos a la cabeza con el gran éxito de Milei en las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias del pasado domingo.

Se le ha definido como ultraderechista y trumpista, se ha puesto el acento en sus vínculos con movimientos conservadores de Europa, como Vox en España o Fratelli d’Italia.

Sin embargo, Milei y su partido, La Libertad Avanza, huyen de toda etiqueta con un programa básicamente económico sostenido en una filosofía que se ha definido como ultraliberal, libertaria y anarco-liberal, conceptos que escapan de las etiquetas ideológicas clásicas y que el común de los mortales encuentra dificultades para comprender.

Pero eso es lo de menos, Milei ha logrado captar el descontento de la sociedad argentina que vive en la percepción de una permanente depresión como país, y el candidato liberal ofrece promesas de romper con todo lo anterior y reconstruir el país desde los cimientos sin los vicios peronistas que han marcado su destino desde el siglo XX.

El Estado es el problema

La esencia de su mensaje se dirige a la reducción de un Estado elefantiásico que, haciéndose eco de la opinión de muchos argentinos, es el origen de los problemas que afronta Argentina.

«El Estado es el problema, no la solución», o el Estado «es la fuente de la decadencia de Argentina», son algunas frases que Milei ha repetido.

También definió los impuestos como «una rémora de la esclavitud», afirmó que sólo el liberalismo podrá liberar a los argentinos de la opresión del Estado, del mismo modo que en el pasado liberó a los ciudadanos de la opresión del absolutismo, y redujo los derechos básicos a tres: «la vida, la libertad y la propiedad».

Como primera medida si llega a la presidencia, Milei prometió iniciar esa reducción del Estado con un recorte de ministerios del gobierno, que pasarían de 19 a 8.

Ha prometido también una reforma laboral para instaurar los salarios variables, acabar con el poder de los sindicatos.

Más allá de las políticas económicas, se ha mostrado de forma absoluta a favor de proteger al nasciturus y en contra del aborto, ha defendido políticas a favor de la familia y en contra de las ideologías woke o un mayor control de la inmigración.

Escuela Austríaca

La macedonia ideológica en la que Milei tiene como piedra angular los principios económicos de la Escuela Austríaca, que ha ganado en los últimos años numerosos adeptos en Argentina, se apuntó en una información de la CNN.

En esta escuela de pensamiento económico destacaron dos de los grandes popes del liberalismo económico del siglo XX como Ludwig von Mises y Friedrich Hayek, referentes de Milei en sus principios libertarios aplicados a la economía.

Sin embargo, el gran referente ideológico de Milei es la filósofo rusa nacionalizada estadounidense Ayn Rand, que con su obra La rebelión de Atlas se convirtió en el gran referente del ultracapitalismo.

Un carisma incontrolable

Polémico y carismático, Milei (Buenos Aires, 1970) quería que se hablara de él, y lo consiguió. Sin pelos en la lengua, Milei se convirtió en un entrevistado que causa pavor entre los periodistas de medios contrarios a su postura política.

Sus mítines se convirtieron en un espectáculo que generaba a partes iguales la adhesión convencida de sus partidarios y la indignación de sus rivales.

En la biografía que difunde su partido La Libertad Avanza en su sitio web, Milei se define como miembro de la clase trabajadora, recuerda que su padre fue colectivero (conductor de autobús) y su madre ama de casa.

Sin embargo, señala que su verdadera gran vocación la descubrió tras la hiperinflación de 1989. Fue entonces cuando decidió «estudiar economía para comprender el fenómeno monetario y social que afectó a la Argentina».

En 1993 se licenció en Economía por la Universidad de Belgrano. Realizó posgrados en Teoría Económica en el Instituto de Desarrollo Económico y Social, y en Economía por la Universidad Torcuato Di Tella.

Escribió 52 artículos científicos, 16 libros y más de 500 artículos de divulgación económica en una frenética producción académica.

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