Luis Lacalle Pou regresó de Francia en clase turista mientras Pedro Sánchez sigue abusando del Falcon

El presidente uruguayo Luis Lacalle Pou regresó a Montevideo tras su gira en Francia en un vuelo comercial en clase turista en un gesto de austeridad y coherencia política que ya quisiéramos ver de parte de otros mandatarios de Hispanoamérica y del propio Pedro Sánchez.

El mandatario sudamericano, visitó París y se reunió con Emmanuel Macron la semana pasada. También lo hizo con empresarios franceses para promocionar la carne uruguaya.

A pesar de ser un viaje oficial y de donde podría decirse habría logrado importantes réditos para la economía de su país, Lacalle Pou no hizo uso de un avión oficial o en su caso de los altos costos que implica viajar en clase ejecutiva en una aerolínea comercial.

A diferencia de la demagogia de sus homólogos de la región, como los izquierdistas Lula da Silva, Alberto Fernández y Gabriel Boric, el mandatario de derechas cerró su gira con la austeridad que predica.

Durante la campaña electoral, Lacalle prometió vender el avión, adquirido por expresidente socialista Tabaré Vázquez en el 2018, un viejo Hawker británico, modelo HS 125-700, construido en 1976. Tras asumir la presidencia en 2020, Lacalle vendió la aeronave, que para entonces acumulaba un gasto de mantenimiento y combustible por valor de 1,3 millones de euros, medio millón más del costo de adquisición.

Pero no solo mandatarios de países vecinos en Sudamérica hacen alarde de esta insostenible incongruencia, pues en el caso de España, Pedro Sánchez ya ha demostrado su disposición de abusar al máximo del Falcon para sus viajes incluyo para trayectos relativamente cortos y de dudosa categoría de «oficial».

Tan sólo en el año 2022, Sánchez realizó 158 vuelos en Falcon por valor de 5.000 euros la hora de vuelo y unas 18 toneladas de CO2.