Guerra Israel
Bombas trampa, emboscadas, túneles y búnkeres: el hostil terreno que enfrenta Israel en su lucha contra Hamás
Bombas trampa, emboscadas, túneles y búnkeres soterrados cuyas salidas han sido localizadas en los lugares más insospechados, como escuelas o debajo de las camas de niños de corta edad. Este es el escenario bélico que han encontrado las tropas terrestres israelíes en el norte de la Franja de Gaza, convertida en uno de los entornos de combate urbano más hostiles que recuerda el Ejército de Israel.
Así lo ha explicado a El Debate un teniente coronel perteneciente a una de las divisiones que se encuentra en estos momentos en el enclave palestino.
Como condición para mantener la conversación, el compromiso de no facilitar el nombre del mando militar, en su caso, jefe de una división conformada principalmente por reservistas que opera en el norte de Gaza. Tampoco podemos citar literalmente lo que comenta. Este es el resumen de lo que relata junto a información contextual acerca de la intervención terrestre de Israel contra Hamás.
Fase terrestre de la guerra
Fuerzas del Ejército israelí comenzaron a practicar operaciones terrestres dentro de la Franja Gaza a finales de octubre en la respuesta al ataque coordinado de Hamás el 7 de octubre, el más sangriento en los 75 años de historia del moderno Estado de Israel.
La incursión por tierra siguió a varias semanas de bombardeos masivos sobre la Franja mediterránea y operaciones preliminares destinadas a allanar el terreno y facilitar la entrada de las tropas de infantería y blindados.
De la conversación con el teniente coronel, se desprende que pertenece a la División de Reserva 252, que según reveló el propio Ejército israelí, se encuentra al completo dentro de Gaza en la primera ocasión desde 1982 –cuando fue desplegada en la Primera Guerra del Líbano–, en que una división de reservistas opera íntegramente en territorio enemigo.
Sus tropas han tomado control del área de Beit Hanún, una de las ciudades más importantes del norte de Gaza y que antes de la guerra era hogar de unas 60.000 personas. En la actualidad, la urbe se ha convertido en uno de los terrenos más imbricados para el combate cuerpo a cuerpo y casa por casa, con el objetivo, según el Gobierno y el Ejército de Israel, de desmantelar infraestructuras y capacidades militares de Hamás y recuperar a 239 rehenes.
Tras semanas de bombardeos israelíes, la destrucción en la ciudad palestina es patente. Los milicianos de Hamás han sembrado el territorio con bombas trampa y francotiradores disparan y usan lanzagranadas contra los soldados israelíes, especialmente cuando los soldados intentan destruir los túneles subterráneos empleados para fines terroristas.
Combates cuerpo a cuerpo
El teniente coronel israelí asegura que sus hombres están involucrados en una de las zonas más fortificadas del mundo, tanto sobre el terreno visible, como en la parte subterránea, una labor que toma tiempo a fin de garantizar la protección de las tropas, pero también las vidas de civiles no involucrados.
Con todo, precisa, en las poblaciones del norte de Gaza que van siendo tomadas por el Ejército israelí apenas queda población civil y los miembros de la organización armada se refugian en edificios o los esqueletos que quedan de ellos, donde se atrincheran y llevan a cabo escaramuzas propias de guerrilla urbana.
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La invasión de Beit Hanún entrañó combates cuerpo a cuerpo con operativos de Hamás, la demolición de numerosas infraestructuras del movimiento islamista, incluidos túneles. Tzáhal (acrónimo hebreo para las Fuerzas de Defensa de Israel) asegura asimismo haber matado a cientos de milicianos, incluidos dirigentes en esa localidad del norte de la Franja, y en el campo de refugiados de Yabalia, situado a pocos kilómetros.
En la zona, explica, se emplaza un complejo de institutos de secundaria y escuelas para chicos y chicas de la UNRWA (Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos), aledaño al hospital de Beit Hanún, que había sido evacuado hace algún tiempo y que albergaba estructuras militares de Hamás como búnkeres, túneles y cuarteles generales. Lugares que presuntamente servían de tapadera para movilizar a los milicianos en el combate.
La propia Agencia de las Naciones Unidas ha condenado en el pasado la construcción de túneles bajo sus escuelas por parte de milicias palestinas como Hamás, lo que no ha impedido que estas hayan seguido horadando el terreno bajo sus centros educativos en la Franja durante años.
Una de las imágenes grabada en la mente del teniente coronel es la de una clase en un colegio regentado por la UNRWA, en cuya pizarra aparece una fecha del pasado mes de octubre, y junto a una de las ventanas del centro, la boca de un subterráneo.
Los miembros de Hamás también han colocado bombas trampa en viviendas, caminos, debajo de camas de niños, lo que obliga al empleo de fuego y detonaciones al objeto de abrir el camino ya que, de lo contrario, la incursión se saldaría con un elevado número de bajas propias. Y es que hay numerosas sorpresas y emboscadas que hacen que las tropas se muevan con lentitud y que diferencian a esta guerra de otras libradas por Israel.
Hospitales sobre túneles
La infraestructura de túneles cavados por la organización armada también alcanza el Hospital de Beit Hanún, donde el Ejército israelí ha encontrado cobertizos, túneles y búnkeres, conforme a la descripción del uniformado.
Sostiene que no es ningún secreto que el lugar de emplazamiento de otro hospital, el Indonesio de Yabalia, hasta 2012 era un búnker de Hamás sobre el que se construyó el centro médico, algo que, insiste, es de conocimiento público.
En relación al principal hospital de la Franja palestina, el Al-Shifa, aclara que el Ejército de Israel ha intentado evacuar y coordinar con la dirección del centro sanitario el traslado de pacientes y la entrega de combustible para la unidad de prematuros, lo que define como una suerte de excepción en medio de la guerra. Afirma que Hamás tiene allí todo lo que necesita y cuestiona que el recinto hospitalario se haya visto obligado a parar su actividad.
Respecto a las acusaciones vertidas por Israel de que bajo ese hospital se encuentra el cuartel general de Hamás, el reservista indica que es previsible que su Ejército desmantele las infraestructuras de Hamás dondequiera que estas se encuentren y durante el tiempo que sea necesario.
Sobre el modus operandi que están llevando a cabo las tropas israelíes para destruir o eliminar la capacidad ofensiva de los túneles, reconoce que se trata de un reto de enorme magnitud para los ingenieros y que se están desarrollando diversos mecanismos. Aclara que no se emplean únicamente explosivos para demolerlos, sino que también otro tipo de maniobras y armamento en progreso, sobre el que no pudo precisar más detalle.
Ese críptico comentario podría hacer alusión a una nueva arma secreta que habría sido testada por el Ejército israelí, denominada «bomba-esponja», un producto químico que no contiene explosivos, que podría emplearse para sellar tramos o salidas de túneles y que funciona como una especie de aislante que se expande y termina solidificándose.
El entramado de pasadizos cavados bajo tierra por las milicias palestinas es francamente amplio y el militar expresa que, visto lo visto, no se sorprendería de que su extensión superara la cifra de los 500 kilómetros de la que tanto se habla.
«Ventanas humanitarias»
El teniente coronel asegura que sus tropas han visto esfuerzos por parte de Hamás para impedir que civiles abandonen el norte de la Franja y vayan hacia el sur al objeto de utilizarlos como escudos humanos en esos lugares.
Cita como ejemplo vídeos a los que ha tenido acceso en los que presuntamente se pueden apreciar disparos de milicianos de la organización islamista en el momento en que varias personas trataban de abandonar uno de los hospitales donde se habían refugiado.
En concreto, menciona el caso de un comandante de Hamás que fue abatido recientemente en el norte de la Franja de Gaza, que supuestamente habría impedido a miles de personas desplazarse al sur del territorio para mantenerlos en un centro médico donde se refugiaba su unidad.
Insiste en que el Ejército israelí ha solicitado por múltiples medios y canales a la población gazatí desplazarse al sur de una línea trazada en los panfletos que ha difundido desde hace semanas.
En los últimos días, el Ejército israelí lleva a cabo cuatro horas de alivio humanitario en diferentes zonas cada día para permitir a la población no involucrada desplazarse, que se organice y haga acopio de alimentos o productos esenciales.
Ante las críticas de los bombardeos israelíes en el tercio sur de la Franja, el portavoz para medios extranjeros del Ejército israelí, Jonathan Conricus, manifestó en una conversación con medios el fin de semana que, pese a que Israel ha solicitado a la población palestina que se desplace hacia el sur, «nunca dijimos que no fuéramos a atacar el sur de Gaza».
El portavoz también explicó que durante la vigilancia de los palestinos que se trasladan de norte al sur de Gaza durante esas ventanas humanitarias, los soldados israelíes comunican en hebreo a través de altavoces a posibles rehenes que puedan estar siendo trasladados: «Si hay alguno de vosotros, corred hacia nosotros, estáis a salvo».