Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala
El presidente de Guatemala denuncia una trama de espionaje tras el hallazgo de micrófonos en su despacho
De acuerdo con Bernardo Arévalo se han realizado barridos electrónicos en todas las instalaciones del Palacio Nacional de la Cultura, sede del Gobierno
El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, encontró micrófonos y «juguetes de espionaje» en su despacho, mientras su equipo aseguró que continúa la inspección de instalaciones y vehículos para descartar la presencia de más objetos de vigilancia.
El registro y revisión de oficinas para descartar la presencia de más equipo de espionaje está siendo coordinado por el Ministerio de Gobernación (Interior), aseguró a EFE una fuente del Ejecutivo.
El procedimiento fue ordenado después de que Arévalo de León confirmara en una conferencia de prensa que encontró «juguetes» de espionaje en su oficina, así como en el vehículo oficial de su ministra de Comunicaciones, Jazmín de la Vega.
La ministra de la Vega informó a medios de comunicación de que denunciará ante el Ministerio Público (Fiscalía) los objetos encontrados.
De acuerdo con el presidente, que asumió el poder el pasado 14 de enero, se han realizado barridos electrónicos en todas las instalaciones del Palacio Nacional de la Cultura (sede de Gobierno).
Arévalo de León vivió una complicada transición de mando, debido a la persecución penal en su contra de la fiscal general, Consuelo Porras Argueta, quien intentó impedir su investidura, con diversos casos penales y la cancelación de su partido, el Movimiento Semilla.
Durante sus primeros 10 días de Gobierno, Arévalo de León ha citado en dos ocasiones a Porras Argueta, a quien acusó el 1 de septiembre de llevar a cabo un «golpe de Estado» en su contra. Porras ha rechazado las invitaciones donde previsiblemente el mandatario le exigirá su renuncia.
Porras, de 70 años y considerada por Estados Unidos como «corrupta» y «antidemocrática», es acusada por Arévalo, manifestantes y la comunidad internacional de «socavar» la democracia y poner en riesgo la transición presidencial por cuestionadas investigaciones.
El nuevo mandatario guatemalteco, que gobernará hasta 2028, ganó las elecciones del pasado 20 de agosto, de forma sorpresiva, tras superar a los candidatos tradicionales que figuraban como favoritos en las encuestas.
