Von der Leyen, Meloni y Le Pen: tres damas para manejar Europa, aunque solo una reinará
La alemana busca apoyos para su reelección en los socialistas y liberales, mientras la italiana reclamará un alto puesto para Italia y la francesa, una unión de la derecha
Las elecciones europeas han provocado un giro a la derecha en el Parlamento, aunque parece que poco cambiará en la hoja de ruta de la Comisión para los próximos cinco años. El hemiciclo tendrá una mayoría de derecha y centroderecha, pero el Ejecutivo comunitario estará, en principio, apoyado en los socialdemócratas y los liberales junto al Partido Popular Europeo.
Ursula von der Leyen se mostraba muy risueña tras conocer los resultados. No le faltaban razones, había esquivado una bala, porque era muy consciente de que su reelección dependía muy mucho de que los populares no se tuvieran que apoyar en la derecha. Ni los conservadores ni el grupo de Identidad y Democracia querían a la alemana de nuevo, pero su partido se impuso en Alemania, Feijóo lo hizo en España y el Partido Popular Europeo amplió su presencia en el hemiciclo. Y basará su mandato en un «bastión contra la extrema izquierda y la extrema derecha».
El suspense sobre la reelección de Von der Leyen planeaba sobre Bruselas desde hacía semanas. La alemana era muy consciente y, por eso, dedicaba guiños recurrentes a otra mujer que estaba llamada a quedarse con el poder de mando en Europa. El pulgar de Giorgia Meloni, ya fuera hacia arriba o hacia abajo, podría determinar el futuro de Von der Leyen en Bruselas, ya que su decisión de apoyarla o no marcaría el destino europeo. Desde que la italiana cogió el mando, lleva la voz cantante de muchas negociaciones entre líderes de Estado y se ha erigido como la verdadera cabeza de los conservadores en Europa.
No obstante, los resultados han avalado su protagonismo. Fratelli d'Italia ha doblado su presencia en el hemiciclo y, aunque los populares hayan rechazado de primeras el apoyo de Meloni, la primera ministra italiana ha adquirido suficiente peso como para hacer una oposición fuerte a la «gran coalición» del Partido Popular Europeo con los socialistas y los liberales, si es que finalmente llega a buen puerto. Y también para poder decantar la balanza en acuerdos puntuales con los populares, que es donde Meloni puede jugar sus cartas, como a la hora de repartir los altos cargos de la Unión.
Lo que deja claro, y que han determinado las urnas, es que la izquierda será mucho menos importante en la próxima legislatura, por lo que se abre aún más la opción de que se forme un macrogrupo de derechas con los conservadores de ECR e Identidad y Democracia. La ideóloga de este proyecto fue Marine Le Pen, que ha tratado de seducir a Meloni y durante las próximas semanas verá si tiene éxito.
La francesa se ha convertido en la auténtica líder del grupo de derechas gracias a la treintena de diputados que le han otorgado los ciudadanos. El triunfo aplastante de su Agrupación Nacional no solo le ha dado poder en el Parlamento Europeo, sino que ha provocado un cisma en el país que ha derivado en el adelanto de las elecciones legislativas. Razón de más para tenerla en cuenta en una teórica unificación.
De llegar a buen puerto esta operación, entre ECR e ID superarían en escaños a los socialdemócratas, ya que habría que añadir previsiblemente a los diputados que aporte Orbán y a algún que otro partido más que se uniera. Serían entonces la segunda fuerza del hemiciclo, con la que, entonces sí, podrían marcar el camino de Europa los próximos años, pero para ello tendrían que dejar de lado discrepancias tan importantes como lo relativo a la invasión de Ucrania. La maniobra no es nada sencilla.