Estados Unidos
Biden anuncia ahora una ley para regularizar a los inmigrantes casados con estadounidenses
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado, este martes, un nuevo programa que permitirá regularizar a más de medio millón de inmigrantes que viven en el país sin un estatus legal.
En este sentido, el plan de Biden para «mantener juntas a las familias estadounidenses» permitirá que estas personas puedan obtener el estatus de residencia permanente sin necesidad de salir del país, con vistas a «promover la unidad familias y reforzar la economía» norteamericana.
Las autoridades estadounidenses revisarán caso por caso todas las solicitudes. Aquellos que reciban la aprobación dispondrán de tres años para pedir la residencia permanente, un plazo en el que podrán quedarse en Estados Unidos y optar a un permiso de trabajo de hasta tres años. Una vez conseguida la residencia permanente, también conocida como tarjeta verde, el beneficiario podrá solicitar la ciudadanía.
Para solicitar este alivio, la persona tiene que haberse casado con un ciudadano estadounidense antes del 17 de junio de 2024 y haber vivido en el país al menos diez años. A su vez, los hijos menores de 21 años de quienes están casados con estadounidenses y que tampoco tengan un estatus legal también pueden obtener el permiso.
Además de este programa, el Gobierno de Estados Unidos también anunció este martes que buscará «mejorar» el proceso por el que pueden solicitar visas de trabajo algunos de los que llegaron al país de niños y todavía no han regularizado su situación.
El Departamento de Estado creará unas «guías» para dar más claridad y acelerar la expedición de visas H1B para esos «soñadores» que se hayan graduado de una universidad estadounidense y tengan una «oferta de empleo» de una empresa estadounidense.
Los anuncios de la Casa Blanca llegan poco más de dos semanas después de que Biden impusiera una serie de restricciones al acceso al asilo en la frontera que han sido duramente criticadas por grupos en defensa de los derechos humanos.
El demócrata, quien se aupó a la presidencia con un discurso promigrante que lo colocaba como la antítesis del expresidente Donald Trump, ha tomado medidas cada vez más coercitivas con la inmigración.
Este último alivio migratorio es interpretado por expertos como un movimiento electoral para atraer a los votantes latinos, decisivos en algunos estados clave como Arizona o Nevada, tras haber abandonado su promesa de campaña de ofrecer un camino a la ciudadanía a los más de 11 millones de inmigrantes indocumentados.