Italia
Meloni rechaza los cantos fascistas de sus seguidores más jóvenes
Reivindica el derecho a ser «de derechas» y a llamarse «patriotas», pero mirando «al futuro, no al pasado».
La primera ministro italiana, como pide que la llamen, busca quitarse de en medio a grupos de derecha dura porque, según dice, no tienen cabida en su partido Hermanos de Italia.
Meloni da un golpe en la mesa y busca deshacerse de mensajes fuera de lugar o proclamas incongruentes con su programa de partido cuyo primer punto es el apoyo a la natalidad y la familia. Para lograrlo zarandea su partido, Hermanos de Italia, con el que pretende implantar «mucho trabajo, mucha dedicación y mucho sacrificio”.
Con ese objetivo ha recurrido a la historia. «Os prometo que nos recordará», si hacemos las cosas bien ha venido a decir la romana. Busca un partido conservador, pero que irradie modernidad.
Meloni pretende que su mensaje cale «porque no puede ser que lo arruinen los que no han comprendido su alcance», sentenciaba. En su línea repite su profundo disgusto por cánticos como, «Sieg Heil». El tabloide Fanpage recoge una frase en alemán que entonaron los adeptos más jóvenes al partido de la mujer más poderosa de Italia.
Dicho cántico se traduce como «saludo a la victoria» que se usaba con frecuencia en los encuentros políticos durante el ‘Tercer Reich’ con el consabido levantamiento de brazo.
El reportero que filmó los gritos se introdujo en una fiesta privada mientras el ministro del Interior, Matteo Piantedosi, lanzó el contraataque, alegando que estaba más preocupado por las opiniones antisemitas.
La política italiana ha resumido su «tarea como demasiado grande para permitir que lo arruinen todo quienes no han comprendido su alcance«, quienes no entienden «cuáles son los retos de nuestra época». Y amenaza con hacer criba y expulsar a los cachorros exaltados.
No es la primera vez que desde su formación tienen que zafarse de los comentarios fascistas que les señalan. Uno de los casos más sonados lo protagonizó busto el cofundador del partido y presidente del Senado que llegó a admitir poseer un busto del dictador fascista Ignazio La Russa presidiendo su despacho.
Sea como fuere, Meloni se deslinda de esas posturas más radicales y reivindica el derecho a ser «de derechas» y a llamarse «patriotas», pero mirando «al futuro, no al pasado». Añadiendo: «No hay lugar para nadie que sienta nostalgia del totalitarismo del siglo XX o de cualquier forma de folklore estúpido».