La muerte de varios amigos y colaboradores íntimos de Raúl Castro agudiza el deterioro físico del dictador

El dictador cubano, Raúl Castro, de 93 años de edad, fue tratado en el año 2021 de un cáncer de esófago y de recto, que le provocó graves diarreas y le obligó a usar durante meses una bolsa de colostomía. Además, padece una cirrosis hepática crónica causada por su vieja adicción al alcohol. El 19 de abril de aquel año cedió el testigo de la presidencia de Cuba a Miguel Díaz-Canel y él se mantuvo como primer secretario del Partido Comunista, cargo que ocupa en la actualidad.

En los últimos días han corrido ríos de tinta sobre el estado de salud del dictador cubano, que sigue siendo el hombre fuerte del país y al que se le consultan o al menos se le comunican las decisiones más importantes. El Debate ha podido saber que el menor de los Castro permanece en La Habana y que realiza visitas constantes al Cimeq (Centro de Investigación Médico Quirúrgica), dependiente del Ministerio del Interior, situado en la calle 216 de la localidad de Siboney, municipio Playa. «Su estado de salud es muy delicado, lo ha sido durante los últimos meses, y dada su edad y sus dolencias crónicas, podría sufrir un desenlace fatal en cualquier momento. Pero lo mismo puede ser dentro de dos días que dentro de dos meses», explican a El Debate fuentes del Ministerio del Interior cubano (Minint).

¿Qué es lo que ha hecho desatar entonces esos ríos de tinta sobre el estado de salud del dictador cubano precisamente durante estos días? Las mismas fuentes consultadas por este medio explican que en las últimas semanas varios amigos íntimos de Raúl Castro, militares todos ellos que rondan o sobrepasan los 90 años y que pertenecen a esas decenas de uniformados que se alzaron en armas contra Fulgencio Batista en la década de los 50 y que son la «crème de la crème» de las Fuerzas Armadas Revolucionarias cubanas (FAR), «han fallecido con muy poco tiempo de diferencia y causado un grave estado de abatimiento en Raúl Castro, y esto es algo muy peligroso en una persona de su edad y en su situación».

«El hecho de que el menor de los Castro asistiera al funeral de uno de ellos y se le viera en público, cosa que ocurre pocas veces, y que al resto de los funerales desistiera de ir por su grave bajón anímico explica en buena medida el que algunos periodistas de Miami especularan sobre un agravamiento de su estado de salud e incluso sobre su muerte», subrayan fuentes cubanas consultadas por El Debate.

Durante la última semana entre el exilio cubano en Miami se llegó a hablar incluso de que el expresidente cubano ya estaba muerto. Pero, a día de hoy, Raúl Castro permanece en La Habana, vigilado por los médicos a diario, y sin poder ir a su Birán natal porque su delicado estado de salud no aconseja desplazamientos largos. Pero es allí donde a él le gusta pasar la mayor parte del tiempo desde que se «jubiló» en 2021. Díaz-Canel sigue al frente del Gobierno, aunque es un hombre muy mal visto entre esos militares de la vieja escuela que se refieren a él como el «puestoadedo». Mientras tanto, Ramiro Valdés, otro de esos primeros alzados contra Batista y un peso pesado dentro del Ejército se perfila como uno de los hombres fuertes de unas Fuerzas Armadas Revolucionarias sin Raúl Castro. «Pero en Cuba nunca se sabe qué puede pasar, nadie puede estar seguro de qué lado se inclinará la balanza del poder. La situación en el país es muy volátil», aseguran a El Debate fuentes del régimen cubano.