Sarkozy tendrá que llevar brazalete electrónico por un año tras la ratificación del Supremo sobre su condena por corrupción
La sentencia, que se convierte en definitiva, obliga a Sarkozy a cumplir un año de arresto domiciliario con un brazalete electrónico
El Tribunal Supremo de Francia ratificó este miércoles la condena al expresidente Nicolas Sarkozy por corrupción y tráfico de influencias, en el conocido caso Bismuth. La sentencia, que se convierte en definitiva, obliga a Sarkozy, de 69 años, a cumplir un año de arresto domiciliario con un brazalete electrónico, siendo el primer exmandatario francés sometido a esta medida.
Aunque Jacques Chirac también fue condenado por corrupción, su pena fue eximida de cumplimiento por motivos de salud, lo que convierte a Sarkozy en el primer expresidente francés obligado a cumplir una condena efectiva, aunque no sea en prisión.
Los abogados del expresidente ya han anunciado que apelarán al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, pero esto no suspende la aplicación de la pena. En menos de un mes, Sarkozy deberá presentarse ante un juez para definir las condiciones específicas de su arresto domiciliario.
El 'caso Bismuth' y la caída del expresidente
El caso Bismuth, que da nombre a esta condena, surgió en 2014, cuando las autoridades interceptaron conversaciones entre Sarkozy y su abogado en una línea telefónica secundaria, abierta bajo un nombre falso. En esas conversaciones, se descubrieron intentos de soborno a Gilbert Azibert, un magistrado al que prometieron un puesto honorífico en Mónaco a cambio de información sobre otra investigación en curso contra el expresidente.
La condena inicial fue dictada en marzo de 2021 por un tribunal correccional y confirmada en apelación en mayo de 2023. Aunque la pena total era de tres años, solo uno debía cumplirse bajo arresto domiciliario, ahora ratificado por el Supremo.
Pese a su retiro de la primera línea política, Sarkozy sigue siendo una figura relevante en Francia, tanto en la derecha como en la opinión pública. Sus libros son éxitos de ventas y mantiene una presencia constante en actos públicos, aunque su reputación se ve cada vez más empañada por su historial judicial.
La condena definitiva en el caso Bismuth marca un hito en la historia judicial de Francia, no solo por el carácter del delito, sino por el simbolismo de ver a un expresidente sometido a un arresto domiciliario bajo brazalete electrónico. A medida que se suceden los procesos, el legado político de Sarkozy enfrenta un deterioro irreversible.