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Un retrato del difunto líder de la oposición rusa Alexei Navalni

Un retrato del difunto líder de la oposición rusa Alexei NavalniAFP

Alexei Navalny: un legado más allá de la política

El ascenso de Navalny a la prominencia comenzó a principios de la década de 2000 como abogado y activista que utilizaba plataformas en línea para exponer la corrupción

El pasado jueves 20 de marzo, fue presentado el libro revelador sobre la vida y el legado de Alexei Navalny, una obra que nos acerca a la figura del político ruso más allá de los titulares. El evento, en la facultad de Derecho de la UCM, reunió a antiguos colaboradores, activistas y personas que conocieron al líder opositor en diferentes etapas de su vida.

Con una mezcla de emoción contenida y determinación, los participantes compartieron anécdotas, reflexiones y testimonios que dibujan un retrato más completo de quien se convirtió en el símbolo más potente de resistencia contra el régimen de Putin.

«Estamos aquí no solo para recordar, sino para continuar», declaró el moderador al inicio del evento, marcando el tono de una velada que oscilaría entre el homenaje personal y el análisis político.

Alexei Navalny fue más que simplemente el líder opositor más prominente de Rusia—fue un símbolo de resistencia contra el autoritarismo. Su activismo político, investigaciones anticorrupción y capacidad para movilizar a las personas lo convirtieron en una fuerza significativa en la política rusa. Con su trágica muerte en 2024, las discusiones sobre su vida y legado han adquirido una renovada importancia.

Un asistente resumió su influencia diciendo: «Era la persona capaz de hacerte creer que eres capaz de mucho más de lo que pensabas». Otro añadió: «Navalny no era solo un político destacado, sino también un amigo, una persona que podía inspirarte y apoyarte incluso en los momentos más difíciles».

El comienzo político de Navalny

El ascenso de Navalny a la prominencia comenzó a principios de la década de 2000 como abogado y activista que utilizaba plataformas en línea para exponer la corrupción. En 2011, fundó la Fundación Anticorrupción (FBK), una organización que publicaba investigaciones revelando la vasta riqueza de la élite política rusa. Sus esfuerzos le valieron un seguimiento masivo, particularmente entre los rusos más jóvenes desilusionados con el gobierno de Vladimir Putin.

El líder de la oposición rusa Alexei Navalny

El líder de la oposición rusa Alexei NavalnyAFP

A pesar de enfrentar desafíos legales e intimidación, Navalny se mantuvo comprometido con el activismo político. Se postuló para el cargo de alcalde de Moscú en 2013, asegurando un inesperado 27 % de los votos—una clara señal de descontento público con el Kremlin. Más tarde intentó postularse para la presidencia en 2017, aunque su candidatura fue bloqueada por las autoridades.

Un ex colega recordó: «Navalny nunca se vio a sí mismo como un político en el sentido tradicional. Era un disruptor, alguien que hacía entrar en pánico al sistema porque decía la verdad».

Perspectivas regionales y personales

Durante la presentación, Simeon Pochkin, coordinador de la oficina de Navalny en Chuvashia, ofreció una perspectiva única: «Nuestra oficina se abrió en 2017, cuando Navalny decidió presentarse como presidente. Cerró en 2021, cuando el estado ruso declaró sus oficinas como organizaciones extremistas». Pochkin, quien ahora es considerado «agente extranjero y terrorista» por Rusia, recordó: «Cuando yo estaba allí, todavía no éramos una organización extremista. Era imposible conseguir que Navalny apareciera en televisión, nunca lo transmitirían. Pero podía viajar sin problemas».

Esta realidad contrasta con el pasado reciente de Rusia: «Veinte años antes, los rusos eran libres, no se criticaba, los medios eran libres, y no había situaciones donde se asesinara a la oposición».

Desafíos y represión

La creciente influencia de Navalny lo convirtió en un objetivo principal de la represión estatal. Su organización fue declarada extremista, y enfrentó numerosos arrestos por motivos políticos. El ataque más severo ocurrió en Agosto 2020 cuando fue envenenado con el agente nervioso Novichok. Después de recuperarse en Alemania, Navalny tomó la fatídica decisión de regresar a Rusia a principios de 2021, donde fue inmediatamente arrestado y posteriormente condenado a largas penas de prisión.

Su historia fue ampliamente documentada, incluso en la película ganadora del Oscar «Navalny», que detallaba tanto su envenenamiento como los esfuerzos del Kremlin para silenciarlo. A pesar de enfrentar condiciones de vida amenazantes en prisión, continuó comunicándose a través de cartas, inspirando resistencia incluso desde detrás de las rejas.

Uno de sus estrechos colaboradores recordó: «Cuando Navalny regresó a Rusia, sabía lo que le esperaba, pero nunca dudó. Nos dijo: 'Si yo tengo miedo, ¿qué deberían hacer otras personas?'». Otro ex colega señaló: «Incluso en prisión, sus palabras tenían poder. Encontró una manera de dar esperanza a la gente».

Las condiciones carcelarias de Navalny fueron deliberadamente duras, con informes de aislamiento prolongado y falta de atención médica. Un defensor de derechos humanos en la presentación comentó: «El gobierno ruso quería quebrarlo, pero fracasaron. Incluso en las peores condiciones, se mantuvo desafiante».

El impacto en las regiones rusas

Boris Zelyotarevski, de Cheliábinsk, una fría ciudad de los Urales, relató cómo Navalny transformó la política regional: «Para mí, lo más importante es que llevó la política fuera de la capital, a la vida rusa, en los pueblos. Antes no existía. Esta fue mi primera marcha, me sorprendí cuando vi 6.000 personas protestando. La gente decía que en ese momento solo se podían resolver las cosas en Moscú [el dicho centro del universo]. Pero esto cambió con Navalny. La gente más tarde entendió que este no era el caso».

Alex Schoshe, quien dirigió la campaña de Navalny en San Petersburgo, enfatizó: «Lo más importante fueron los medios independientes gracias a Navalny. Quiero recordar 2015, cuando ambos fuimos a Kostroma, en el centro de Rusia. Fuimos a los pueblos, hablamos con la gente. Tenían derecho a votar y elegir. Fue la primera vez en la Rusia moderna que la política llegó a los pueblos».

Ante la falta de medios independientes, Navalny innovó: «Si no hay medios independientes, seré moderno. Creó un canal de YouTube y se comunicó a través de él. Al principio era diferente, raro, ingenuo. Pero lo que sucede es que YouTube es hoy el medio independiente más importante. Actualmente, la audiencia de estos canales independientes, contra la guerra, tiene 20-30 millones de personas».

El impacto de Navalny en la política rusa

Uno de los logros más significativos de Navalny fue descentralizar el movimiento opositor más allá de Moscú. Su estrategia de Voto Inteligente animaba a los rusos a votar por cualquier candidato con probabilidades de derrotar al partido gobernante Rusia Unida, convirtiendo las elecciones locales en un campo de batalla para el cambio.

A diferencia de muchas figuras opositoras que se centraban únicamente en la política, Navalny sobresalía en conectar con los rusos ordinarios. Sus investigaciones no trataban solo sobre corrupción; contaban historias que resonaban con los ciudadanos comunes, haciendo la política más accesible y personal. Sus videos de YouTube acumularon millones de vistas, desafiando las narrativas controladas por el estado.

Un ex coordinador regional explicó: «Hizo que la política fuera comprensible para todos. No solo hablaba de corrupción—nos mostraba cómo afectaba nuestras vidas diarias». Otro activista enfatizó: «No tenía miedo de tomar riesgos, y eso es lo que lo hacía tan peligroso para el Kremlin. Nos enseñó que el cambio político era posible».

El opositor ruso encarcelado Alexei Navalny

El opositor ruso encarcelado Alexei NavalnyAFP

La capacidad de Navalny para conectar con las personas también hizo que su mensaje trascendiera las fronteras de Rusia. Un analista político señaló: «Su trabajo inspiró movimientos de oposición en todo el mundo. Su historia no es solo sobre Rusia—es sobre la lucha por la democracia en todas partes».

El carácter personal de Navalny

Quienes trabajaron cerca de él destacaron su humanidad. Según Zelyotarevski: «Alexei Navalny era un patriota de su país, en una palabra. Tuve la suerte de trabajar en su oficina. Amaba a la gente. Amaba al país. Nunca intentó construir un muro como una estrella inalcanzable, siempre hablaba con la gente, trataba de estar en buenos términos y amaba mucho a Rusia».

Anastasia, de San Petersburgo, activista de derechos humanos, recordó con la voz entrecortada: «Para él nunca sería una cuestión de si vale la pena hacerlo. Lo primero después de abrir los ojos tras la intoxicación en el hospital Charité (Berlin), fue preguntar cuándo podría regresar a Rusia».

Añadió: "Era una persona moderna, daba entrevistas en otros idiomas, viajaba mucho. En Barcelona le operaron después de que alguien lo atacara allí y casi perdió la visión. Era evidente que intentarían matarlo o encarcelarlo. Le preguntaban a menudo sobre las consecuencias. Él respondía que no había otros países.”

En la presentación, ex colegas y coordinadores regionales compartieron sus experiencias trabajando con Navalny. Muchos describieron su dedicación inquebrantable y capacidad para inspirar a quienes lo rodeaban.

Yulia Navalnaya, esposa del fallecido líder de la oposición rusa Alexei Navalny, asiste a la Conferencia de Seguridad de Múnich

Yulia Navalnaya, esposa del fallecido líder de la oposición rusa Alexei Navalny, asiste a la Conferencia de Seguridad de MúnichAFP

Un orador reflexionó: «Tenía un increíble sentido del humor. Incluso en los momentos más oscuros, podía hacer una broma y levantar el ánimo de todos». Otro añadió: «Lo que hacía diferente a Navalny era su creencia en las personas. Confiaba en que los rusos, a pesar del miedo y la represión, querían un futuro mejor».

Un ex miembro de su equipo compartió: «Nunca actuó como un mártir. Se veía a sí mismo como uno de nosotros, alguien luchando junto al pueblo, no por encima de él».

Fortaleza personal

Boris, quien pasó un mes en prisión, recordó cómo Navalny mantenía su integridad incluso en las condiciones más difíciles: «Seguía estrictamente la cuaresma ortodoxa, siendo vegano durante 40 días. Intentaban comer junto a él mientras ayunaba. Pero pudo sobrevivir gracias a sus hábitos, sus creencias religiosas. Lo tomaba de manera muy filosófica; siempre decía que no pensaba en quienes lo maltrataban, entendía que era solo una persona más».

Este testimonio reveló una dimensión poco conocida de Navalny: «Su madre lo bautizó en secreto, porque su padre era comunista. Así que no sabían que estaba bautizado por mucho tiempo».

Después muerte de Navalny

Cuando se anunció la muerte de Navalny, provocó condena internacional y protestas en Rusia. Las autoridades respondieron con arrestos masivos, reprimiendo las reuniones en su honor. A pesar de esto, la gente continuó dejando flores en memoriales improvisados, mostrando que su influencia no se había extinguido.

Un manifestante en uno de los memoriales compartió: «Pueden arrestarnos, pueden quitar las flores, pero no pueden borrar a Navalny de nuestros corazones. Siempre estará con nosotros». Otro orador declaró: «Su muerte es una tragedia, pero también un recordatorio de que la lucha no ha terminado. Le debemos continuar. El Kremlin puede haber querido silenciarlo, pero en muchos aspectos, lo han hecho aún más poderoso como símbolo de resistencia».

La resistencia continúa

Anton, de una ciudad siberiana, habló sobre la situación actual: «A pesar de las condiciones de censura militar y dictadura, hay todavía muchas personas tratando de luchar. Hay muchas formas de lucha: partisanos que intentan crear iniciativas, distribuyen folletos y pegatinas; personas fuera del país pueden hablar sin temer por sus vidas. Lo más importante: el Kremlin no es la totalidad de Rusia. Hay que entender que es temporal, no permanente, que la gente tenía libertad hace 10-15 años y está tratando de recuperarla. Porque querer libertad es natural para todos».

Vladimir Putin y Aleksei Navalny

Vladimir Putin y Aleksei Navalny

La Fundación Navalny continúa operando en Rusia, a pesar de la prohibición: «Las personas van a la cárcel; crearon un sitio a través de Tor [el dicho darknet], registrándose antes en sus teléfonos y coordinando así sus actividades. El 60% de las encuestas todavía apoyan la idea pacifista, contra la guerra. Los rusos anti-guerra tienen un movimiento, proyectos, millones de personas que no quieren la guerra. Pero ningún medio puede hablar libremente en Rusia».

Incluso después de su fallecimiento, el trabajo de Navalny sigue vivo. La Fundación Anticorrupción continúa operando desde el exilio, descubriendo nuevos casos de corrupción gubernamental. Sus seguidores, tanto dentro como fuera de Rusia, siguen comprometidos con la causa, encontrando nuevas formas de desafiar al régimen.

Un ex colega comentó: «No nos detendremos. El sueño de Navalny de una Rusia libre no murió con él». Otro añadió: «Si acaso, su muerte solo ha fortalecido nuestra determinación».

Como observó uno de sus colaboradores: «La gente recordará dentro de 100 años a las personas alrededor de Navalny, y no a las personas alrededor de Putin».

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