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El nuevo avión que está preparando Donald Trump

El nuevo avión que está preparando Donald TrumpAFP

Trump anuncia un avión «casi invisible» que será el «más letal jamás visto»

La producción del avión se ha adjudicado a Boeing, el fabricante aeronáutico estadounidense bajo escrutinio por los fallos que han tenido algunas de sus aeronaves comerciales

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que la producción del avión de combate de nueva generación del Ejército, bautizado como F-47, se ha adjudicado a Boeing, el fabricante aeronáutico estadounidense bajo escrutinio por los fallos que han tenido algunas de sus aeronaves comerciales.

Trump realizó el anunció en la Casa Blanca acompañado por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y aseguró que el F-47 de Boeing lleva ya cinco años en fase de desarrollo y que será el primer caza de sexta generación y «el avión más letal jamás construido».

«Prácticamente invisible. Los enemigos nunca lo verán venir», ha avisado el mandatario norteamericano en referencia al nuevo modelo del avión, cuyo identificador se refiere precisamente al hecho de que Trump es el presidente número 47 en la historia de Estados Unidos.

El magnate neoyorquino destacó las capacidades del nuevo avión en términos de carga útil, velocidad o maniobrabilidad y consideró que se ha empleado un «número bonito» para el nombre del aparato.

Trump no quiso hablar sobre el precio del proyecto ni sobre lo que costará fabricar cada unidad, «porque eso implicaría revelar parte de la tecnología y parte del tamaño del avión».

Donald Trump junto a Pete Hegseth

Donald Trump junto a Pete HegsethAFP

Además de Boeing, otros importantes contratistas de defensa como Northrop Grumman —que produce cazas como el F-18 o el F-35, el más avanzado del país— o Lockheed Martin —que fabrica el F-16— estaban desarrollando sus prototipos para el programa F/A-XX de aviones de combate de sexta generación.

Boeing, que nunca había obtenido un contrato de este tipo (el F-15 fue adjudicado originalmente a su entonces rival McDonnell Douglas, absorbido después en 1997), está lidiando con un nuevo escrutinio por los problemas registrados en su 737 Max y la Administración de Trump se ha comprometido a restaurar la reputación y la «cultura de la seguridad» de la empresa.

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