Práctico
La pesadilla que puedes vivir a bordo de un coche eléctrico si te quedas sin batería en una nevada
Con media Europa bajo cero los problemas cotidianos de utilización de coches eléctricos comienzan a ser cada días más llamativos
Tal y como dice el refrán, «nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena», justo lo que ocurre ahora con media Europa sumida en uno de los peores temporales de hielo, agua y nieve que se recuerda.
En Polonia las temperaturas de -27 grados han causado ya dos fallecidos, mientras que en Ucrania han alcanzado ya los -15 grados.
Europa se congela
El Reino Unido y Francia no se libra tampoco de la situación, pues las trombas de agua han dejado paso a intensas nevadas que han bloqueado decenas de carreteras creando escenas dantescas de miles de conductores atrapados en mitad de la carretera.
Las redes sociales no son ajenas a esta situación y las imágenes corren como la pólvora, en este caso a caballo entre la realidad y la leyenda urbana se culpabiliza a los coches eléctricos.
¿El peligro es real?
En este caso y tal y como es sabido, el frío afecta muy negativamente a la carga de la batería. Sólo el frío ambiental puede reducir la autonomía de un coche eléctrico hasta un 20 %, a lo que podemos sumar otro 20 % menos si utilizamos la calefacción como en un coche de combustión.
La razón es sencilla, en los coches de combustión sobra calor del motor, lo que provoca que la calefacción sea un buen método para 'sacarlo' del propulsor. De hecho antiguamente los coches que se calentaban en verano se arreglaban poniendo la calefacción al interior del vehículo.
El problema es que los coches eléctricos no generan calor con su funcionamiento, lo que significa que deben contar con un sistema independiente que caliente el habitáculo, un sistema con un elevado consumo de electricidad, lo que lastra la autonomía al coche.
Calefacción independiente
Una prueba realizada en los Estados Unidos demuestra que en un coche eléctrico y con temperatura exteriores bajo cero podemos mantener el habitáculo climatizado a 21 grados entre 20 y 40 horas en función del modelo y con la carga de la batería al 90 %.
Una cifra tranquilizadora si no fuera porque los coches eléctricos no se recomiendan cargar más del 80 %, lo que significan que no suelen ir cargados a tope.
En este caso quedarse sin batería en un coche eléctrico en invierno es un verdadero drama, tanto porque también nos quedamos sin calefacción como porque recargar la batería exige mucho tiempo y un punto de carga, mientras que si nos quedamos sin gasolina en un coche de combustión basta con un bidón que nos permita repostar el tanque.