Emisiones
La popularísima calle madrileña de los años 70 que se está quedando sin coches
La circunvalación clave de la capital que revolucionó su tráfico en los años 80 ha registrado por primera vez un descenso significativo de su volumen de coches en circulación
Corría el año 2006 cuando una sentencia del juzgado de lo Contencioso Administrativo número 27 de Madrid dictaminaba que pese a su denominación, propia de carretera, la vía M-30 de Madrid era una calle, que pasó a llamarse Calle-30, y como tal es propiedad del Ayuntamiento de la capital, que es quién debe encargarse de su funcionamiento y mantenimiento.
Esta sentencia veía la luz a raíz de una denuncia de la oposición en el Ayuntamiento, el PSOE, cuando el Consistorio encabezado por Alberto Ruiz Gallardón puso sobre la mesa el plan para soterrar gran parte de la M-30 y ampliarla, una obra a la que se oponía el grupo socialista en pleno pero que hoy está detrás de los excelentes ratios de velocidad de circulación que hay en Madrid frente a otros ciudades europeas.
Una arteria vital
La M-30 o Calle-30 terminó de construirse a finales de los años 80 y entonces ya apuntaba la importancia que adquiriría con el tiempo a la hora de aliviar el tráfico de la capital.
La M-30 palidece con el paso de los años
Años después se complementó con la nueva M-40, que en este caso sí es propiedad y responsabilidad de la Red Nacional de Carreteras.
No es una carretera
Es cierto que se trata de una calle un tanto especial que en virtud de las ordenanzas municipales de la capital tiene sus propias reglas y límites de velocidad, pero en ningún caso puede considerarse una carretera.
Pero ahora la M-30 se desangra, y decimos que se desangra porque año tras años está perdiendo tráfico. La que es la calle con más volumen de circulación ha perdido del orden de 3 millones de desplazamientos en lo que va de año, lo que quiere decir que en estos siete meses casi un 1,5 % menos de coches han pisado su asfalto.
Cada vez menos coches pueden usarla
Se trata de un descenso que viene a sumarse al acumulado en 2023, que fue de 10 millones de vehículos. Pese a ello, la M-30 ha registrado en lo que va de año unos 221 millones de desplazamientos, unos 940.000 por día, una verdadera barbaridad.
La verdadera razón
Detrás de esta reducción del volumen de tráfico están las Zonas de Bajas Emisiones puestas en funcionamiento por Martínez-Almeida. Hay que valorar que desde hace dos años las prohibiciones a la circulación en función de las etiquetas han llegado a las calles de la capital y hacen estragos.
Aunque inicialmente la M-30 quedaba fuera de las limitaciones a la circulación de las ZBE, hace más de un año que el Ayuntamiento extendió las mismas a la circulación a esta vía rápida.
Por ello a día de hoy sólo pueden circular coches sin etiqueta de residentes en la capital y siempre que los vehículos estén a su nombre desde antes de 2022. Una excepción que termina el 31 de diciembre de este año, cuando todos los coches sin etiqueta sin excepción tendrán prohibido circular por todo Madrid y sus barrios, independientemente de quién sea su dueño.
Este dato permite adelantar que los niveles de circulación de esta arteria de la capital van a seguir bajando en el futuro.
