Práctico
¿Son seguros los coches eléctricos si se sumergen bajo el agua?
La riada valenciana ha demostrado que el agua y los coches con motor gasolina o diésel no se llevan muy bien; ¿existen más riesgos si el coche sumergido en agua es eléctrico?
Aunque más despacio de lo que debería, la electrificación del automóvil se está haciendo realidad vía coches híbridos, cuyas ventas se han disparado, o 100 % eléctricos, que ya empiezan a verse con cierta asiduidad.
Los coches eléctricos tienen numerosas virtudes, entre ellas en caso de siniestro que provoque que se vaya la luz, muchos de ellos disponen de la función V2H, que permite alimentar de energía eléctrica a una casa durante días, lo que podría servir de gran ayuda en estos casos.
Mala combinación
Pese a ello, tal y como es sabido, el agua y la electricidad suelen generar problemas cuando van de la mano. En este caso conviene no mirar para otro lado y conocer qué tipo de problemas puede provocar un coche eléctrico cuando se sumerge en agua, de acuerdo con los estudios.
De acuerdo con un artículo llevado a cabo por la publicación The Driven, la seguridad de los coches eléctricos frente a escapes de corriente o similares es casi absoluta.
Índice homologado
En la actualidad existe un sistema de clasificación internacional denominado IP (Ingress Protection) que determina los niveles de protección que deben cumplir los componentes electrónicos frente al agua y otro tipo de materiales sólidos.
En el índice IP el primer dígito indica la resistencia a la entrada de material seco, por ejemplo polvo o arena, mientras que el segundo hace referencia a la resistencia contra el agua.
En el caso de los coches los componentes electrónicos (batería, motor, variador...) deben cumplir con una homologación IP 66.
Esto significa que están protegidos contra cualquier material sólido, el índice máximo es del 6, mientras que también resiste cualquier chorro de agua que vaya dirigido contra las ranuras de la batería, pues en el caso del segundo dígito el valor máximo es de 8.
Como un submarino
Ni que decir tiene que la estanqueidad queda asegurada cuando la batería y las conexiones están sumergidas. En este caso, el valor 8 frente al agua es la protección absoluta propia de un submarino.
El problema puede surgir si a consecuencia de un accidente o de la riada la batería o sus conexiones han sufrido daños, en este caso el vehículo cuenta con un sistema que bloquea la electricidad dentro de la batería para que no haya problemas, de la misma manera que los bomberos tienen un protocolo que cumplen siempre al acercarse a un eléctrico.
En primer lugar comprueban que no haya fugas eléctricas y en segundo sellan la batería para que el circuito eléctrico del coche no tenga corriente, de hecho los eléctricos tienen un sistema de seguridad para hacerlo manualmente desde el exterior de la carrocería.
El único estudio
Tal y como constata en su estudio Teardown Study of Flood Damage Electric Vehicles realizado por la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA) norteamericana, el problema es si posteriormente la corrosión puede afectar a la batería o los conectores.
En este caso y tras analizar lo ocurrido con el huracán Ian en los Estados Unidos, que causó daños a unos 4.000 coches eléctricos, 600 de ellos fueron declarados siniestro total, mientras que 36 de ellos ardieron espontáneamente días después como consecuencia de los daños.