Recargas
La reflexión de un conductor que echa por tierra los coches eléctricos
«¿Dónde está la ventaja?»: este conductor compara el coste de utilización de un coche eléctrico con uno de combustible tradicional y no termina de encontrar el beneficio
La llegada del coche eléctrico ha supuesto un verdadero terremoto para los conductores, podríamos decir que no hay termino medio, o los aman o los odian con todas sus fuerzas.
Tal y como ocurre en otros aspectos de la vida la electrificación no es ni blanco ni negro, sino gris, pues es cierto que tiene cosas muy buenas cuando hablamos de su utilización en un ámbito eminentemente urbano y otras mejorables cuando salimos en carretera.
No salen las cuentas
Si nos ceñimos a los coches eléctricos podemos decir que son sencillamente excelentes, nadie podía imaginar que en cinco años existiría la oferta de modelos que tenemos ahora y de su calidad de acabado y funcionamiento, los fabricantes han hecho sus deberes y se han dejado miles de millones de euros en investigación para ello.
En el lado contrario la legislación, que va muy por detrás de los coches eléctricos. Basta el ejemplo de lo que está ocurriendo en España, donde todavía no se han aprobado las señales de carretera para indicar dónde están los cargadores. Un verdadero drama de cara a la popularización de estas tecnologías.
La legislación no da la talla
Por si esto fuera poco, la red de carga es mejorable todavía tanto en ciudad, donde los cargadores son escasos y lentos, como en carretera, donde además de escasa no es lo suficientemente rápida y son muy caros.
Esta es la situación que refleja este conductor, que con la factura de una recarga en la mano echa cuentas bastante poco precisas pero sí orientativas y las compara con las de un coche de combustión.
En concreto va apagar 14 euros por ‘repostar’ algo más de 21 kilovatios en unos 10 minutos, según sus cuentas con ese dinero podría pagar unos 9 litros de combustible, con los cuales en un coche gasolina podría hacer algo más de 100 kilómetros, dependiendo siempre del modelo, mientras que en un diésel podría rondar casi los 200… Tal y cómo explica el conductor, «¿Dónde está la ventaja?».
Para ser justos convendría decir que la principal ventaja económica de los coches eléctricos está en cargar en casa, donde los bajos precios de la electricidad los hace imbatibles.