Electrificación
Bruselas impone el coche eléctrico mientras los conductores españoles tienen que cargar por la ventana
La dificultad de encontrar cargadores hace que cada vez sea más habitual que los propietarios de coches eléctricos opten por cargar por mitad de la acera
Mientras Bruselas continua con su carrera particular por la implantación del coche eléctrico y del híbrido enchufable en toda Europa, en algunos países como España no son pocos los conductores que dan el salto a lo eléctrico pero se encuentran con problemas muy serios en el día a día.
Más allá del precio de este tipo de vehículos, uno de sus principales inconvenientes es la recarga, la realidad es que es inviable comprarse un coche eléctrico sin tener solucionado el tema de las recargas, ya sea en el trabajo o en casa.
Un problema cotidiano
Tanto los híbridos enchufables como los eléctricos requieren idealmente de una plaza de garaje con cargador, de manera que podamos tenerlo enchufado mientras no lo usamos. No es necesario que sea carga rápida, pues de hecho es mejor la carga lenta para la batería.
Los cargadores públicos son un verdadero lujo, con un precio que en ocasiones es más caro que el propio combustible, por lo que no es recomendable su utilización habitual salvo cuando estamos de viaje.
Puntos de carga
En paralelo los 50.000 cargadores que hay en España no son suficientes para cubrir las necesidades, lo que obliga a los propietarios de coches eléctricos a recargar de forma poco ortodoxa.
Es el caso de aquellos que cargan por la ventana, algo cada vez más habitual. Se trata de un fenómeno tan nuevo que las ordenanzas municipales que deberían recoger esta acción no lo hacen, por lo que tan sólo se le puede aplicar la normativa actual con la que esto quedaría prohibido.
Ordenanzas municipales
Estaríamos hablando de una infracción de ocupación de vía pública por tirar el cable por la acera desde la ventana, con lo que habría que pedir permiso al ayuntamiento y pagar cada vez que lo hacemos.
Es posible que en pueblos pequeños pueda hacerse sin problema, pero en las ciudades tendremos problemas seguro y una más que probable sanción si insistimos en esta actitud. Todo ello sin olvidar que las instalaciones domésticas no están preparadas para cargar un coche eléctrico y pueden salir ardiendo.
Por último conviene valorar si un cable en la acera o en el aire no supone un serio peligro para la integridad de las personas, que podrían denunciarnos si se caen por su culpa o similar. En cualquier caso una idea nefasta.