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Ethel Kennedy

Ethel KennedyDREW ANGERER

Ethel Kennedy (1928-2024)

La otra matriarca del clan

Viuda de Bob durante 56 años, figura del Washington político y activista de los de derechos humanos, vivió en primera línea el apogeo y declive de la familia de su marido

Ethel Kennedy
Nació el 11 de abril de 1928 en Chicago y ha fallecido el 10 de octubre de 2024 en el Estado de Massachussets

Ethel Skakel

Viuda de Robert F. Kennedy

De su matrimonio con Bob Kennedy nacieron once hijos. En 2014, Barack Obama le entregó la Medalla Presidencial por la Libertad.

La ucronía es un ejercicio arriesgado. Mas no resulta descabellado afirmar que Ethel Kennedy podría haber sido primera dama de Estados Unidos de no haber sido su marido abatido a balazos el 5 de junio de 1968, mientras abandonaba el Hotel Ambassador de Los Ángeles por una puerta trasera. Bob Kennedy acababa de ganar las primarias demócratas de California, una de las últimas antes de la Convención de Chicago, prevista para julio, y partía como favorito para disputar la presidencia al republicano Richard Nixon cuatro meses más tarde.

Bob Kennedy —apoyado por su hermano pequeño, el también senador Ted Kennedy, y el grueso de sus asesores— era reacio a lanzarse a la carrera. Fue su mujer quien terminó convenciéndole de que merecía la pena cambiar de opinión. Como recuerda The Washington Post, «después de que el senador Eugene McCarthy [el otro precandidato demócrata] diera un susto a Johnson [el presidente saliente] en las primarias demócratas de New Hampshire, Robert Kennedy declaró su candidatura en marzo de 1968. Dos semanas después, Johnson pronunció un discurso televisivo (…) sobre la guerra de Vietnam que culminó con el anuncio de que no se presentaría a la reelección».

De esa manera, allanaba el camino a los senadores McCarthy y Kennedy. Fue el inicio de una epopeya de solo tres meses, rigurosamente relatada por el veterano periodista Chris Matthews en su muy documentada biografía de Bob Kennedy. El magnicidio de Los Ángeles, con todo, no truncó la vida pública de Ethel Kennedy. Antes, al contrario: quien fuera designada «mujer más admirada de América» por la dignidad que mostró durante el funeral de su marido —las imágenes también dieron la vuelta al mundo—, dedicó el resto de su vida —su viudez se prolongó durante 56 largos años— no solo a honrar su figura sino también y, sobre todo, su legado.

Este se estructura en torno a una defensa acérrima del concepto de derechos humanos. Por eso, Ethel Kennedy creó el «Centro Robert Kennedy de Derechos Humanos», aún activo, y viajó por medio mundo —de modo especial por los países que padecían dictaduras— entregando premios y apoyando causas. Aunque sin olvidar, ni mucho menos, Washington, el centro del poder: su mansión de Hickory Hill, situada en las afueras de la capital, fue durante años —dejó de vivir en ella a finales de 2009— un lugar de encuentro de élites políticas e intelectuales. Era la 'social hostess' por excelencia junto a Nancy Kissinger y a Katherine Graham, mítica editora de The Washington Post.

La otra cara de la moneda de este activismo, según destacan algunos críticos, fue la agudización de la deriva progresista del clan político más famoso de Estados Unidos. Salvo Robert Jr, militante antivacunas y hoy apoyo de Donald Trump, prácticamente todos sus hijos —fueron once en total, dos de ellos ya fallecidos— defienden las posturas más radicales dentro del Partido Demócrata.

Ethel Kennedy no estaba destinada, en un principio, a la vida política: hija de un magnate del carbón, sus padres fallecieron en un accidente aéreo en 1955. Un lustro antes, ella, antepenúltima de los hijos del matrimonio, se había casado con el joven Bob Kennedy en lo que la prensa de la época calificó, no sin razón, de «boda de millonarios». A raíz del fallecimiento de su suegra en 1995, Ethel pasó a ejercer las funciones de «matriarca» del famoso clan, del que había presenciado su apogeo, su declive, sus alegrías y sus desgracias. Una historia muy norteamericana.

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