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Vidas ejemplaresLuis Ventoso

¿Una TVE para pelotillear a Junqueras?

Insufrible que un canal público que pagamos todos los españoles con nuestros impuestos dé cancha jabonosa a un declarado enemigo de España

Actualizada 14:17

Los italianos pueden parecer a primera vista un pueblo lioso, gesticulante, un pelín cantamañanas. Pero hay algo que bordan: vender lo suyo y respetar su legado cultural e histórico. El 24 de noviembre organizaron en el Coliseo de Roma un llamativo espectáculo (si me dejase llevar por la jerga al uso diría un «evento espectacular»). El motivo del sarao fue la presentación de ITsArt, una plataforma de streaming con 95.000 horas de contenido que aspira a ser el «Netflix de la cultura italiana para venderla en todo el mundo». Ahí presumirán de las películas de la vieja Cinecittà, de las óperas de la Scala, las joyas de los Uffizi, el Coliseo, Pompeya… El Gobierno de Draghi ha respaldado el proyecto con una fuerte inversión y proclama con orgullo que «nuestro deber es cuidar y defender la herencia italiana».

En España contamos con un vehículo obvio para apoyar nuestro idioma y cultura. Se llama RTVE y la sostenemos con nuestros impuestos todos los españoles (nos guste o no). ¿Y a qué se dedica Televisión Española en Cataluña, donde el poder separatista auspicia una persecución sistemática hacia todo lo que suena a español? Pues se dedica a presumir de que cada vez emite más programación en catalán –es decir, menos horas en castellano– y a realizar cordiales entrevistas con figuras del golpe de 2017.

El canal territorial de TVE en Cataluña acaba de emitir una entrevista de 43 minutos con Junqueras, cerebro del golpe sedicioso de 2017, condenado por ello a 13 años de cárcel. La entrevistadora es la veterana Gemma Nierga, periodista «progresista» que se deshace en sonrisas hacia este declarado enemigo de España. En un momento dado le pregunta con complicidad: «¿Qué ha de pasar para que los partidos de izquierda en Cataluña vuelvan a llegar a acuerdos?». Formula la cuestión colocándose claramente en el barco de esa izquierda, cuando es una periodista de un canal público, que debe servir a personas de toda ideología. Por su parte, Junqueras se muestra cordialísimo, contemporizador, amable… No hay preguntas difíciles ni duras para el jefe de ERC, que ahora mismo está desafiando al Supremo desde el Gobierno catalán al anunciar que se fumará su sentencia sobre el español (imagínense a Nierga entrevistando a alguien de Vox, o del PP…).

Junqueras no es ningún noble Mandela consagrado a una causa justa. Es fácil explicar quién es. Mintió sobre las cuentas catalanas (el famoso «España nos roba»). Fomentó el odio entre españoles y entre los propios catalanes con soniquete supremacista. Mintió de nuevo cuando garantizó que la independencia traería enormes beneficios a Cataluña (fue asomar la patita y comenzó un imparable éxodo de empresas). Volvió a mentir cuando aseguró que la UE aceptaría una República catalana. Prevaricó al utilizar dinero público para sufragar un golpe separatista y una campaña diplomática mundial a favor de la independencia (y eso en una Cataluña sostenida por los fondos del Estado). Pisoteó la legalidad española pese a todos los avisos. Le tomó el pelo a gusto al Gobierno de Rajoy –y en especial a la no tan inteligente Soraya– con una falsa «operación diálogo». Y finalmente, siguió adelante hasta el final con su declaración golpista de una República independiente. Algo que solo se evitó porque Felipe VI se puso serio en un discurso memorable, que hizo que nuestros partidos constitucionalistas y la judicatura bajasen por fin de la berza y se movilizasen para parar un golpe independentista que por supuesto existió (y que nunca fue una «ensoñación», como escribió absurdamente Marchena en la sentencia del Supremo).

En resumen: un personaje tóxico para cualquier español con algún resquicio de patriotismo y una ofensa que nuestra televisión pública, TVE, le haga jabonosas entrevistas de cámara que costeamos todos.

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