Solo sí es sí y sólo compraban árbitros

Semana grande en el Congreso. Como aperitivo de la moción de censura que está por llegar, el debate de la reforma de la ley del 'solo sí es sí' sirvió sólo para que le dieran a Sánchez hasta en el carné de identidad. No sé por qué. Ni que él fuera el responsable máximo de un Gobierno que solo sacó adelante una ley para poner en la calle a cerca de 100 violadores. O ni que solo hubiese mantenido en el cargo a la ministra que comandó la norma. O ni que hubiese negado las consecuencias y sólo haya tratado de revertir la situación cuando vio el daño electoral que le estaban haciendo.

Si Sánchez no hubiera visto mermadas sus esperanzas de seguir en Moncloa no hubiera tocado una línea de la ley. Solo se habría limitado a calificar como bulo de ultraderecha cada noticia sobre rebajas de penas a violadores, como ocurría cuando se escuchaban los primeros ecos del tema. Pero como Feijóo apunta a presidente para todos los sociólogos menos para Tezanos, había que buscar una solución y en Moncloa fabricaron un guion que el presidente siguió a la perfección. Nueva ley, conflicto abierto con Podemos y, de regalo, una imagen de Irene Montero y Ione Belarra solas en la bancada del Congreso. Sólo ellas son las culpables, no Sánchez.

Semana grande también en el Camp Nou, donde, como Sánchez, buscan raudos algún culpable que se coma solo el marrón que les viene encima. La Fiscalía de Barcelona ha presentado la denuncia contra el FC Barcelona, ya que considera probado que el club catalán pagó al vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros para que «realizase actuaciones tendentes a favorecer al Barcelona en la toma de decisiones de los árbitros en los partidos que disputase el Club, y así en los resultados de las competiciones».

El problema es más serio de lo que pensaba Laporta, que creía que se iba a librar de esta. El Real Madrid se personará de forma particular en el caso, para defender sus intereses y la limpieza del fútbol. Muchos cuestionaban su silencio y ven ahora una respuesta contundente desde el club blanco. Querían que el Madrid sacara de forma precipitada un comunicado basado en noticias de periódico, pero se decidió respetar los tiempos de la Justicia, que es lenta pero actúa. El club blanco está regido por señores de los de toda la vida que siguen haciendo las cosas como se han hecho toda la vida. O, lo que viene siendo lo mismo, bien hechas.

Y semana grande también en la Academia, donde las cosas ya no se hacen como se han hecho toda la vida. La RAE, que debería dedicarse a velar por el lenguaje y por que la gente hablara y escribiera correctamente en español, lleva días mareándonos con una tilde. Primero le quita la tilde al 'sólo', luego se la vuelve a poner y después zanja el debate diciendo que depende del escritor. Es decir, que puede hacer lo que le venga en gana. Así nadie se queda solo y nadie queda descontento.

Puede que sea sólo una tilde, pero también una representación de nuestra sociedad. Cada vez condescendiente, cada vez más permisiva, cada vez más pasota. Que cada uno haga lo que considere, que al final se aceptará.

Nota: en este texto se repite 15 veces la palabra «solo» y cada una de ellas está escrita de una forma diferente a la anterior. Si dice la RAE que hagamos lo que nos salga, yo a mandar. Terminaremos leyendo textos llenos de abreviaturas, palabras sin vocales, sin tildes y con las comas espolvoreadas como quien echa sal a una ensalada. Al tiempo.