Otra trampa a Feijóo

Pedro Sánchez lleva tiempo empleando sus bazas con habilidad y haciendo juego sucio. El juego que es propio de un mentiroso. Hemos asistido a su discurso de que las elecciones se jugaban entre dos bloques de dos partidos cada uno cuando la realidad, como siempre dijo Núñez Feijóo, es que los bloques eran de dos partidos a un lado y de multitud al otro. Es difícil hacer una contabilidad rigurosa. Pero Sumar cuenta con 16 partidos, agrupaciones y confluencias, entre las que está Unidas Podemos que tiene 13 organizaciones entre las que también está Izquierda Unida, formada por 9 organizaciones. En total 38 organizaciones que han logrado 31 escaños entre todas. Éxito inenarrable: ni un escaño por partido. Pero aún asumiendo que eso era parte de Sumar y se reconocía como tal esa coalición de intereses entre PSOE y Sumar, nunca se decía abiertamente que en el bloque de la izquierda había que incluir también a Bildu, ERC y Junts. No digamos al PNV que hogaño se vanagloria de haber sido clave en la derrota de «la derecha». Ahora va a resultar que ellos son de izquierdas de toda la vida.

Otra trampa contra la que nada se podía hacer fue colocar las elecciones un 23 de julio con todos los problemas para votar que ha provocado eso. No se hizo sin intención de influir en el resultado y dar un enorme peso al voto por correo que se nos ha presentado como una gestión exitosa, pero sobre la que todavía hay que tener más datos.

Podríamos seguir con otros ejemplos. Pero lo importante ahora es no caer en la nueva trampa. Corre por España un argumento falaz que es de una perversidad nunca vista. Y lo argumentan votantes de uno y otro bloque. La solución para que Sánchez no incorpore a su mayoría a los partidos del terrorista, el prófugo y el golpista de 2017 sería que el PP se abstenga y deje gobernar al PSOE. ¿De verdad se han olvidado de que Sánchez no ganó las elecciones en 2015, ni 2016 y se negó a aceptar que gobernara el ganador hasta que su propio partido lo defenestró el 1 de octubre de 2016? El entreguismo de quien propone que Feijóo ceda la Presidencia a Sánchez con su abstención no puede ser mayor. O sea: o la derecha deja gobernar a la izquierda que ha perdido las elecciones o la izquierda se alineará con las compañías antes descritas y la culpa de lo que genere esa alianza será del PP por no haber dejado gobernar solo al perdedor. Con un par y la bandera de Tafalla.

No se me ocurre mayor amoralidad política que ésta. ¿Cómo se puede pretender que el que Sánchez haga una coalición de perdedores para echar al ganador es culpa del ganador por no rendir sus posiciones a una fuerza minoritaria? Y cuando digo coalición de perdedores tengo muy presentes a partidos como ERC, Junts y PNV. Todos han tenido resultados peores que hace cuatro años.

Quienes de verdad creen que el que Feijóo apoye un nuevo Gobierno de Sánchez para evitar la coalición Frankenstein es una solución deberían ser conscientes de que es un remedio perfecto para acabar con la democracia. Y con España.