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Ojo avizorJuan Van-Halen

El árbitro y la subasta

Francina –que hará buena a Meritxell– pidió en su día un referéndum Monarquía-República. Es una proindependentista disfrazada de socialista como Yoli es una comunista disfrazada de hada de cuento

Actualizada 01:30

No soy jurista pero la elección de Francina Armengol, boticaria y con nula experiencia en lides nacionales, me absuelve para escribir sobre la Ley de Leyes. Lo que vive España sorprende a Europa. Albares lo confirmará en las embajadas. Circula una carta suya pidiendo a la Presidencia del Consejo de la UE que incluya las demás lenguas españolas «en el régimen lingüístico de la Unión Europea». Que se arme de una paciencia de años. Albares, en funciones, sólo debería atender el «despacho ordinario». Sorprendente como la anunciada conversión del Congreso en una absurda Babel. Choca con la letra y el espíritu del artículo 3.2 de la Constitución. Zapatero llevó al Senado ese Babel como «Cámara de representación territorial»; hace un año el PSOE votó no consentirlo en el Congreso. Pero entonces Puigdemont era un friki residente en Waterloo a gastos pagados y ahora es el jefe de Sánchez.

La situación del país es alarmante. La deuda alcanza 1,569 billones, el 113,1 por ciento del PIB; la deuda de la Seguridad Social: 106.174 millones. La industria sigue cayendo y las ventas bajaron un 7 por ciento. El ciudadano llega mal a fin de mes o no llega. La inflación subyacente es preocupante. Al fondo las chapuzas de Sánchez para seguir en Moncloa perdiendo las elecciones. Es una subasta como dijo Puigdemont. El que consigue más apoyos es el que está dispuesto a pagar más. No se guardan las reglas seguidas desde González, que permanece callado, ajeno a la deriva del partido que él moderó. Nos ocultan pactos que padeceremos a la mayor gloria de Sánchez. Y ganan quienes no creen en España, en la Constitución ni en la Monarquía. Francina –que hará buena a Meritxell– pidió en su día un referéndum Monarquía-República. Es una proindependentista disfrazada de socialista como Yoli es una comunista disfrazada de hada de cuento. Y Francina, además, con embrollos judiciales detrás.

La subasta la gana quien tiene menos escrúpulos y es más amoral. Se corrompen la soberanía y la Constitución. La movilización de los fiscales en defensa de Puigdemont ante el Constitucional fue lamentable. O la aceptación en el reciente Pleno de fórmulas de juramento o promesa con invocaciones al golpe del 1-O, al que el Rey respondió con un mensaje que los españoles no hemos olvidado. Francina mintió asegurando que eran fórmulas avaladas por el TC. Esos diputados deberían perder sus actas si no rectifican, y quiero creer que el PP acudirá a quien corresponda si despierta de su letargo. Junts tiene el 1,60 por ciento de los votos y decide la política española. Los 4 partidos nacionales suman 21.900.560 votos (el 89,45 por ciento) y el futuro de España se decide en una subasta para comprar los apoyos de 7 partidos no nacionales: 1.783.470 votos (el 10,55 por ciento). Un disparate que sólo se entiende desde la patología. O desde la traición.

Y ahora el gran protagonista es el Rey «símbolo de su unidad y permanencia (del Estado), arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones» (Art. 56.1 de la C.E.). Un árbitro, según la RAE, «decide con sus propios criterios». En su Art. 2 se señala: «La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española». «Se fundamenta»: es una realidad indiscutible y previa. El artículo 6 de la C.E. recoge que los partidos políticos «son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley». Y, finalmente, es el artículo 62 d) el que dispone que corresponde al Rey «proponer el candidato a Presidente del Gobierno».

Denuncia Sánchez las presiones al Rey. Serán las suyas que antes de despachar con Felipe VI adelanta urbi et orbi su investidura. Nunca refiere sus desplantes a la Corona ni las ofensas de sus socios a la Constitución y al sistema. Lo último: Lilith Verstrynge –ay, apellido de una amistad de la prehistoria– pide eliminar cualquier vestigio de Juan Carlos I en el Congreso. El Rey padre no está acusado de nada; Lilith no pide retirar los monumentos a Largo Caballero y Prieto, dos golpistas confesos.

El Frankenstein con el que se presentará Sánchez ante el Rey supone un altísimo riesgo para España. No menciono a los partidos que no comparecerán porque eluden encontrarse con el Rey. ¿Habrá que creer a quien asegure esos apoyos? Lo que no es dudoso es quién, con mayoría de escaños, ganó las elecciones, alcanzó mayoría absoluta en el Senado y una amplísima victoria nacional el pasado 28-M. Feijóo.

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