Fundado en 1910
Vidas ejemplaresLuis Ventoso

De Shostakovich a David Azagra, grandes maestros rusos

Uno tenía miedo al poder, pero el otro genio salido de San Petersburgo encontró su chollo en él

Actualizada 10:22

En mayo de 1937, un año después del inicio de la Gran Purga de Stalin, el gran compositor ruso Dimitri Shostakovich se pasó diez noches en el rellano de su piso, apalancado al lado del ascensor, atenazado por el miedo. Lo relata muy bien la recomendable novela El ruido del tiempo, del inglés Julian Barnes.

El músico esperaba su hora en duermevela, ataviado con su gabardina y con una maleta a sus pies, que contenía la muda básica, tabaco y el cepillo de dientes. Estaba convencido de que los agentes de la NKVD, el organismo de seguridad soviético previo a la KGB, vendrían cualquier madrugada a llevárselo a «La Gran Casa», la cheka de donde nadie volvía. Shostakovich aguardaba en el descansillo porque no quería que su mujer y su hija pasasen por el trago de ver cómo lo detenían.

Milagrosamente, los días fueron pasando y finalmente la NKVD nunca se presentó. Shostakovich incluso sería rehabilitado, aunque para ello hubo de humillarse ante el régimen y renunciar a sus innovaciones artísticas «burguesas».

Nacido en San Petersburgo en 1906, había sido un joven prodigio, celebrado por la dictadura por sus composiciones heroicas que ensalzaban el heroísmo proletario. Pero tuvo la mala suerte de que a Stalin le interesaba la ópera. En 1936, el brutal dictador acudió con su camarilla a la representación en el Bolshoi de Lady Macbeth de Mtsensk, una de las creaciones de Shostakovich con toques de vanguardia. Al bigote supremo no le gustó lo que allí vio y abandonó la función antes del final con rictus de disgusto. Dos días después, el Pravda publicó una crítica demoledora. Las faltas gramaticales y ortográficas, insólitas en la pulcra edición del periódico del régimen, delataban que el texto había sido escrito por la propia mano de Stalin. Poco después comenzó la Gran Purga, en la que Shostakovich vio cómo eran ejecutados, «desaparecidos» o enviados el gulag varios de sus familiares y amigos. Estaba convencido de que él sería el siguiente. Pero la ruleta del terror estalinista pasó de largo.

A finales de los años noventa del siglo XX, San Petersburgo disfrutó de la llegada a sus calles de otro gran músico, David Sánchez, que ha acudido allí a estudiar Composición Musical y Dirección Operística. Era un madrileño de padres socialistas de bolsillo bien forrado, que antes le habían pagado un final del Bachillerato en el colegio de los jesuitas de Portland y la carrera de Económicas en ICADE. Pero su vocación real era la música, según recuerda con admiración su hermano mayor: «David habla ruso con fluidez, porque de muy joven tomó una decisión valiente que siempre he admirado. Él estudió Económicas, pero al acabar la carrera, estando ambos sentados a la mesa con mis padres, un buen día nos dijo que quería dedicarse a la música y que iba a marcharse a San Petersburgo a estudiar». Qué hermoso.

David se pasa ocho años en la Rusia de Putin formándose. De vuelta a España adopta el nombre artístico de David Azagra. Pero sucede una desgracia: no rasca pelota. Nadie repara en su inmenso talento. Y es entonces cuando el poder se cruza en su vida, como antaño le ocurriera a su colega Shostakovich. En 2017, su hermano mayor recupera la Secretaría General del PSOE y acto seguido, por una absoluta casualidad, la Diputación de Badajoz, gobernada por los socialistas, repara en las enormes capacidades de Azagra, políglota en ruso, y lo contrata como coordinador de sus conservatorios. El proceso de selección se hace mediante un concurso sin tribunal y se resuelve a puro dedo. Pero es lógico: ¿dónde iba a encontrar la Diputación de Badajoz a un músico tan formado y con tanto ruso a cuestas como David Azagra?

Como no tiene wifi en su piso de Badajoz, el maestro ruso-madrileño pasa muchas horas de arduo trabajo en un bar pacense, con su portátil sobre la mesa y sorprendiendo a la parroquia tele-chapurreando en ruso. El fruto de tanto esfuerzo llega un mes antes de las municipales de este año. La cosa pinta chunguilla, las encuestas se muestran apretadas. ¡Imagínate que gana la derechona y perdemos la Diputación! Hay que garantizar que la creatividad de David Azagra continúe beneficiando a Extremadura. Por otra absoluta casualidad, en víspera de los comicios el maestro es ascendido a «jefe de Artes Escénicas», con un flamante despacho en el palacio de la Diputación y una subida de sueldo del 22 %.

La inversión no resulta baldía. Ahí están éxitos como la representación en Badajoz, «en estreno mundial absoluto», según advierte Azagra, de la ópera La paz perpetua. Esta maravilla, que solo se ha representado una vez, recibe –también por casualidad– 128.000 euros de los fondos europeos que reparte graciosamente el hermano del impulsor del gran estreno.

El argumento de la ópera es extremadamente interesante: cuenta el proceso de selección de personal de tres perros que aspiran a entrar en el servicio canino de la policía antiterrorista. Como es normal, el público extremeño responde con entusiasmo. La propuesta de Azagra logra reunir en su única función a 700 espectadores, que dejan vacío casi la mitad del aforo del teatro López de Ayala, a pesar de que las entradas solo cuestan 10 pavos. Como parte de los asistentes son invitados, la recaudación es de poco más de 2.000 euros, lo cual está fenomenal tras haberse pulido en la función única 128.000 euros de ayudas europeas.

Azagra (Sánchez Pérez-Castejón de cuna) se quedó muy satisfecho tras su éxito, que celebró como un ejemplo de los «espectáculos de calidad que puedan dignificar y enriquecer la vida cultural de los pacenses, de los extremeños y de los habitantes de la red transfronteriza». Pero claro, un esfuerzo de tal intensidad pasa su factura. Tras semejante desgaste, David Azagra necesitaba un cierto sosiego vital, tranquilidad introspectiva para seguir creando. Así que la Diputación de Badajoz, gobernada por los socialistas, le permite que no acuda a su despacho y teletrabaje desde el chalet minimalista de Portugal en el que vive. Qué maravilla. ¡Qué chollo!

Stalin se pasó muchísimo aterrorizando a Shostakovich con su crítica anónima en el Pravda. Pero cabría debatir si es más ejemplar inventarte un curro para tu hermano a fin de que pueda vivir de la teta pública, y además regalarle fondos europeos para que estrene óperas que no interesan ni regalándolas.

En fin, amenas historias del poder omnímodo de ayer y hoy…

comentarios
tracking