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08 de septiembre de 2024

Vidas ejemplaresLuis Ventoso

Tres artistas españoles: Cano, Azagra y Begoña

Entusiasmo justiciero contra el fundador de Mecano y furor exculpatorio en favor de «la famiglia», que pase lo que pase «es inocente», «no hay caso»

Actualizada 11:27

Pregunta facilita para alumnos neófitos de Periodismo. ¿Qué noticia es más importante?: 1.- La policía registra el despacho del hermano del presidente de un país por un caso de corrupción, que guarda relación además con que el mandatario lo ha enchufado. 2.- Un músico, que fue una estrella del pop en los ochenta, es detenido por una irregularidad laboral en su compañía.

Es evidente: la noticia gorda es la primera. Pero en la Radio Televisión Soviética –disculpen, queríamos decir en TVE– resulta que la noticia del registro no merece aparecer en los sumarios del Telediario, mientras montan una fiesta con Cano.

Esta semana han sido noticia tres artistas españoles: Nacho Cano, David Azagra y Begoña Gómez (cuyas habilidades artísticas explicaremos más tarde).

David Sánchez, el maestro David Azagra en las tablas, es el hermano de quien ya saben. Extraordinario director de orquesta, formado en San Petersburgo, no se comía un colín cuando volvió a España. Así que hubo que mover hilos del PSOE y enchufarlo en la Diputación de Badajoz, trabajo que ejerce levitando por allí como un fantasma, con domicilio fiscal en Portugal y supuesto domicilio físico… ¡en Segovia! (donde en realidad tampoco vive). El ubicuo Azagra es además un genio de las fianzas, pues sin grandes empleos o herencias conocidas, resulta que a sus 50 años ya ha amasado un patrimonio de 1,7 millones. Su contribución por teletrabajo a la difusión del bel canto en Badajoz es digna de encomio. Incluso ha logrado poner en escena, en función única, una ópera de vanguardia (un diálogo de perros antiterroristas), que vieron cuatro gatos, pero que recibió fondos europeos de… en efecto: de su hermano.

Con estos hitos a cuestas, David Azagra, el melódico hermanísimo, ya está con un pie en el juzgado, por supuesto tráfico de influencias, prevaricación, malversación y fraude a Hacienda y a la Seguridad Social. El Gobierno y los medios del régimen dan por descontada su inocencia. Todo es «una cacería de la ultraderecha» que no merece demasiada atención.

Nacho Cano, de 61 años, es un músico un poco diferente a Azagra. Al igual que el afamado director rusófilo nació en una familia acomodada de Madrid. Pero Cano se ha valido siempre por sí mismo, en una aventura liberal de enorme éxito. Sin muletas del Estado, su banda, el trío Mecano, llegó a vender 25 millones de discos en once años de carrera. Cano es noticia ahora porque la Policía de Marlaska lo ha detenido por un posible fraude laboral en la compañía del musical que dirige. Normalmente un asunto así se zanja con una multa –o un multazo–, pero no con la detención del empresario. Pero resulta, ay, que el tal Cano es un peligroso disidente. Es coleguita de Ayuso, que hasta lo condecoró, y puede que incluso sea un poquito de derechas, lo cual en la farándula española te garantiza la muerte civil. Detención al canto y su imagen arruinada como si fuese un traficante de seres humanos.

Vamos ahora con la tercera artista, Begoña Gómez, de 49 años, que comparte alias con Madonna (La Ambición Rubia). ¿Y artista por qué? Pues porque con su trayectoria vital está reverdeciendo una gran veta artística española: la novela picaresca.

Bego no se corta:

-Cariño, que venga a Palacio el rector de la Complutense y cierras para que me dé una cátedra extraordinaria.

-Amor mío, yo te adoro, pero… es que tú no tienes ni título universitario.

-A ver: ¿Eres o no el presidente del Gobierno? Pues eso.

Y a partir de ahí, una verbena. Amiguetes de la cátedra contratando a lo grande con el Gobierno, un software de la Universidad patentado a nombre de la presidenta, cartas de recomendación a sus amigotes para abrirles las puertas del Gobierno de su marido… Pero «no hay caso», no hace falta ni mirarlo. Todo es «una cacería de la ultraderecha, los jueces ultraconservadores y los digitales de los bulos», que serán pronto purgados mediante unas salutíferas leyes de «calidad democrática» del marido de la interfecta.

Resumen del folletín:

-Nacho Cano es un manifiesto sinvergüenza al que hay que asar en la parrilla televisiva.

-Azagra y Begoña, la famiglia, son unas pobres víctimas, que merecen la compasión y protección activa del ministro del Interior, la ministra portavoz, el ministro de Justicia, el fiscal Ortiz y el presidente del Gobierno (amén de estremecimientos del nivel 8 en la Escala Richter de una escandalizadísima Marisu Montero y de los ministros sin cartera Fortes e Intxaurrondo).

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