Al circo de Sánchez le crecen los enanos
Begoña se ha apropiado de un programa que debía ser propiedad de la Universidad Complutense, a quien varias empresas donaron la tecnología y el conocimiento necesarios para producir ese programa. Ya comprendo que yo soy un mal pensado. Pero a mí me parece que eso es muy similar a un robo
No ha sido una buena semana para la famiglia del presidente Sánchez. Lo que él llama fango no desaparece. Más bien se extiende. Por una parte, tenemos a su hermano y a la localidad de Badajoz. El escrutinio al que somete en El Debate Alejandro Entrambasaguas al hermano Sánchez nos ha permitido saber que hay un funcionario de Moncloa que vive en Badajoz, lo que ya sería difícil para ir a su puesto de trabajo cada día. Pero con enorme habilidad se le ha habilitado una función fuera del recinto de la Moncloa y más en concreto en el mismísimo Badajoz. Hace de guardaespaldas del hermanísimo sin que sepamos muy bien por qué David Sánchez Pérez-Castejón necesita esa protección o simplemente ir acompañado si prefieren describirlo así.
También esta semana hemos sabido que no es cierto que su residencia esté en Elvas, Portugal. Recordemos que esa supuesta residencia es un sucio subterfugio para no pagar impuestos en España. Subterfugio sin fundamento, pues es bien sabido que residir fuera de España no te ampara para no pagar impuestos aquí si la mayoría de tus ingresos los tienes en España. En el caso del hermano Sánchez y a falta de conocer los derechos de autor que percibe por sus obras musicales, solo se le conoce como renta la que percibe de la Diputación de Badajoz. Como ha informado en estas páginas Alejandro Entrambasaguas, el hermanísimo vive en el domicilio del senador socialista Rafael Lemus en el mismo Badajoz. ¿Considerará por fin Hacienda que tal vez hay que hacer una inspección fiscal al hermano Sánchez? Sospecho que no.
Yo comprendo que el hermano Sánchez no viva en su teórico domicilio de Elvas. Y hay una cosa en la que discrepo con Alejandro Entrambasaguas. Lo de Elvas no es un palacete. Es un casoplón. Cochambroso, eso sí. Y es por eso por lo que no puede vivir ahí y ha tenido que contratar una reforma relevante. Que, como hemos informado y para que todo quede en casa, ha comisionado a la constructora Tiva Soluciones, propiedad del diputado socialista en la Asamblea de Extremadura Luis Tirado. Seguro que se lo va a dejar niquelado.
Yo me permito opinar que en España no debe haber ningún otro ciudadano que esté en la situación fiscal de David Sánchez y que no esté siendo sometido a una inspección de Hacienda. De lo que sí estoy seguro es de que, si esa inspección estuviera en curso, estaríamos informados.
Y, como al circo de Sánchez le crecen los enanos, esta semana hemos tenido un cambio relevante en la situación procesal de Begoña Gómez. La Audiencia Provincial de Madrid ha adjudicado al juez Juan Carlos Peinado las competencias para investigar si ella se apropió del software que diversas compañías proporcionaron para el máster que ella dirigía en la Complutense. Este puede ser el punto de inflexión de toda su situación procesal. Las acusaciones que tenía hasta ahora por tráfico de influencias y corrupción en los negocios, sin duda merecen un gran reproche por ser éticamente intolerables. Pero dudo seriamente que pudieran costarle una condena. En cambio, ahora se ha apropiado de un programa que debía ser propiedad de la Universidad Complutense, a quien varias empresas donaron la tecnología y el conocimiento necesarios para producir ese programa. Ya comprendo que yo soy un mal pensado. Pero a mí me parece que eso es muy similar a un robo. Aunque, afortunadamente, yo no soy juez.