Cartas al director
El divorcio
En esta sociedad políticamente correcta en la que vivimos se supone que el divorcio es como ir al supermercado, si no te gusta el producto lo devuelves. Pero la realidad es que divorciarse supone una situación tan traumática que los psiquiatras lo comparan con el sufrimiento de perder a un ser querido. Eso es algo que mucha gente desconoce y por eso se embarcan en la aventura del matrimonio sin la capacidad de compromiso necesaria para llevarlo a cabo.
Hace tiempo oí una frase: para querer hay que querer querer. Es decir, que el amor también es una cuestión de voluntad y no es lo mismo casarse con la intención de probar que tener la intención de conservar el vínculo en cualquier circunstancia. Tal vez si la pareja de Tenerife hubiera decidido seguir juntos por el bien de las niñas, con el tiempo hubieran resuelto sus diferencias. O al menos, la desesperación de no ver a sus hijas no hubiera llevado al padre al crimen.
Es difícil opinar sobre las vidas ajenas pero hay algo que sé sin dudar. Las familias que se mantienen unidas tienen muchos menos problemas de tipo emocional. Por algo se habla de familias funcionales y disfuncionales. Muchos temas de alcoholismo, drogadicción y demás problemas psicológicos vienen del hecho de no tener un entorno familiar estable, seguro y amoroso. Por algo la familia natural es la base de todas las sociedades. Porque es el modelo ideal de vida.