Cartas al director
Simplemente Isabel
Llegó a la alta política de carambola aceptando un reto ante el que otros se achantaron y ella aceptó con ilusión. La apuesta resultó ganadora y se convirtió en presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid. Desde el primer instante viene sufriendo en sus carnes todo tipo de invectivas ante las que no se arredra y ataques que incluso han alcanzado a su familia; como ser humano, unas veces acierta y otras se equivoca. Suscita a la vez pasiones y odios, unos la elevan a lo más alto mientras que otros anhelan arrojarla al vertedero de la Historia. Habla de forma inconcusa y palmaria; ni es amiga de circunloquios ni teme a la corrección política, situándose en las antípodas del eufemismo. Una mujer apasionada, segura de sí misma y bragada. Su aspecto físico engaña, ya que nos hallamos ante una mujer de armas tomar. Es en su propio partido donde, como reza la canción, no pueden vivir sin ella pero con ella tampoco; son conscientes que Isabel es un imán que atrae muchos votos, un verdadero banderín de enganche pero temen que a la vez haya quienes se muestren refractarios a su dogmatismo. En suma, una política polémica que genera controversias y debates y va ganando las batallas, no teme la lucha, y para enfrentarse a ella es preciso ser un primer espada. El próximo mayo sabremos si suena para ella el Aleluya de Haendel o el Réquiem de Mozart.