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Cartas al director

Sobre los fondos europeos

Nuestra percepción sobre la relevancia de lo que sucede con los fondos públicos a cargo de las distintas administraciones del Estado suele ser bastante débil. Apenas si somos conscientes de que, con los impuestos que se nos detraen por, prácticamente, todas nuestras actividades cotidianas, se financian todos los servicios públicos.

Desde la sanidad, ese bien intangible pero de un valor incalculable, pasando por la seguridad a cargo de los distintos cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado así como por la justicia, responsabilidad de los jueces, magistrados y fiscales, hasta la educación, absolutamente todo sale de nuestros bolsillos aunque, cuando encendemos la luz, abrimos un grifo, llenamos el depósito del coche, tomamos un café o compramos unos zapatos no seamos conscientes de ello.

Como también salen de nuestros bolsillos los salarios y beneficios de los que gozan los políticos. Y son generalmente estos, sobre todo los que ocupan los cargos de más importancia, los que menos se percatan de que cada uno de sus actos detraen fondos del erario público, en muchos casos sin utilidad para los ciudadanos ya que ejercen sus funciones, si no ajenos, sí muy distantes a los problemas que tienen los más desfavorecidos para poder pagar el recibo de la luz, el alquiler o la ropa para sus hijos.

Por eso debemos exigirles no solo transparencia, honradez, dedicación y responsabilidad, sino rigor y mucho cuidado con el dinero que tanto nos cuesta ganar. Y si incurren en algún tipo de conducta reprobable en la gestión de los recursos públicos, deben ser castigados de manera ejemplar, para evitar que casos de corrupción y malversación de fondos públicos que tanto han ensuciado nuestro pasado más reciente se vuelvan a repetir.

Genaro Novo

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