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Cartas al director

La otra crisis: el cambio ideológico

Las personas denominadas progresistas lo tienen más que claro: los niños prefieren jugar a balompié y las niñas con muñecas porque desde su mismo nacimiento unos se fijaron en las inclinaciones de sus padres y las otras en las aficiones de sus madres. Y lo mismo pasaría también con los oficios, las amistades, los voluntariados y hasta con la vocación maternal, pues las niñas querrán ser madres porque han visto embarazadas, dar a luz y criar a sus propias mamás.

Piensan que si los niños y las niñas son educados en la neutralidad, sin ningún indicador manipulador externo, no habrá entre ellos y ellas ninguna diferencia de pensamiento u obra. De ahí el interés que tienen en sacar adelante esa «ley trans» que permita la confusión total: el bloqueo hormonal y su intercambio de género sin posibilidad de reversión. De ahí ese pánico indisimulado a la maternidad y la obstinación por liberalizar el aborto e impedir cualquier medida a favor de la vida que le suponga freno alguno.

Los agoreros naturalistas nos quieren hacer creer que la lucha contra el cambio climático es la tarea más importante y urgente que deben asumir los gobiernos y la ciudadanía del mundo entero. Y así, de ese modo, nos entretienen con falacias para que no seamos conscientes de su verdadera intención: el cambio ideológico.

Jesús Asensi Vendrell

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