Pacto PSOE-PP

El Gobierno ha hecho durante meses una defensa a ultranza de la ley de 'solo sí es sí'. Hasta tal punto que Sánchez llegó a proclamar durante la cumbre del G-20 en Bali que habían creado una ley feminista de vanguardia y que iba a inspirar otras muchas leyes en el mundo. Ahora, tras su ridículo mayúsculo y la salida de la cárcel de más de cien violadores, ha pactado con el PP la reforma de la ley, al mostrarse incapaz de hacerlo en el seno de su propio Gobierno. Lo mas desolador es que la decisión de enmendar su error no la ha motivado la protección de las víctimas, sino su pánico a los augurios de las encuestas que predicen su desalojo de la Moncloa, tras las próximas elecciones. La ministra de Igualdad mostró desde la tribuna su soberbia recalcitrante, criticando a sus socios lo que más le traumatiza, el pacto con la derecha, soslayando cualquier petición de perdón a las víctimas y evidenciando que su fanatismo ideológico está por encima de cualquier otro sentimiento.

Andrea Fernández, del PSOE, ha etiquetado como «sensación agridulce» para el Gobierno tener que verse obligado a pactar con el PP, eludiendo hipócritamente su responsabilidad del desaguisado legislativo. El pacto ha sido consecuencia de la ineptitud de Sánchez, de su incapacidad y de su cobardía para poner orden en su Gobierno. Ni ha cesado a la autora del adefesio legislativo, ni ha dimitido por su gran error político, como hacen los dirigente de los países de nuestro entorno democrático.

Resulta grotesco ver a los componentes de este Gobierno sui géneris, a la vez gobierno y oposición, votar gobierno contra gobierno, corroborando el esperpento democrático que vivimos.