Cartas al director
Isabel Díaz Ayuso
La derecha española siempre ha padecido un problema de liderato, es decir, que hubiera una persona que tuviera la capacidad de representar a la mayoría social que defienda valores como la libertad, la economía libre de mercado, la separación de poderes, la independencia judicial y al individuo en sus valores eternos, entre otros, frente al conglomerado político y mediático de la izquierda. En este crucial sentido, si hay una política que ostenta, por méritos propios, dicho honor, es sin duda alguna, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, liberal, sin acomplejamientos. Ciertamente es alguien a quien la izquierda odia hasta la médula, que no es un sentimiento positivo, pero sí muy simbólico, porque arrastra a muchos votantes de la derecha social a su favor, por encima de siglas. Me considero un viejo liberal, en el buen sentido de la palabra, sin partido ni militancia alguna, que poca falta me hace ya. Lo único que lamento es no poderle votar directamente. Ante la cultura de lo políticamente correcto, Díaz Ayuso es el mejor instrumento de la mediocre política actual para la defensa de los valores y de los principios del liberalismo del siglo XXI en este país.