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Cartas al director

Corrupción total sanchista

Vivimos en una democracia fallida, cada mañana que amanece nos encontramos impotentes para entender un nivel tan rastrero de una ideología, que hace imposible cualquier entendimiento democrático.

El sanchismo nos ha convertido en una sociedad enfrentada.

Cuando pensábamos que un socialista no podía caer más bajo que el nefasto presidente por «accidente» Rodríguez Zapatero, nos sorprende Pedro Sánchez como un aprendiz de dictador, con un nuevo movimiento destinado a lavar su ya ínfima catadura. Con una proclama solemne en la que es imposible encontrar una sola verdad. Pedro Sánchez ha batido todas las marcas de indecencia establecidas por Zapatero, solo le falta «un 11-M con el intelectual que dé la orden» para convertirse en un auténtico dictador de la mentira. Al unir en su persona tres formas de actuar que pervierten la democracia en dictadura.

La primera: la política como engaño con su argumentario diario. Desprecio a la verdad de todo lo que pregona, no respeta la palabra dada ni el sentido del honor, ni la obligación de cumplir los compromisos contraídos con la sociedad. No aprecia la contrapartida y privilegios de ejercer el poder en un sistema democrático y de libertades. Un hombre libre tiene ideas, un sumiso ideología y eso es lo que le pasa a Sánchez y sus secuaces que han dejado atrás hace tiempo las ideas. Y la mentira la han convertido en ideología.

La segunda: la moral una indecencia, ha fabricado, al pie de la letra lo ordenado por un prófugo de la justicia, una ley de olvido de delitos que obliga al Estado de derecho a pedir perdón a los delincuentes y golpistas por frenar y castigar sus delitos. ¡Que no se les vuelva a ocurrir nunca más! Cuando de una forma inmediata los vuelvan a cometer. Esta es la moral y la traición de un socialista.

La tercera: una corrupción consentida, que nos lleva al segundo nivel de ignominia, que entra hasta la raíz del régimen sanchista y particular a su inventor Pedro Sánchez. La corrupción siempre desprecia la verdad. Y eso es lo que hace Sánchez en su tres formas de actuar…

Máximo de la Peña Bermejo

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