Cartas al director
Generación engañada
El movimiento de protesta contra Israel y a favor de Palestina comenzó en las universidades. Los motivos de las manifestaciones son sencillos: exigen la retirada de Israel del territorio de Gaza, al que están «colonizando» para que salga de la pobreza y la miseria sus habitantes a los que tienen sometido sus dirigentes de Hamás.
La proclama de los manifestantes va desde la libertad de los rehenes secuestrados por Hamás, en un acto terrorista y por sorpresa, dejando un reguero de muertos en Israel (esto con la boca pequeña para disimular) al reconocimiento de un Estado Palestino, que nadie quiere reconocer teniendo esos dirigentes. Hamás no es nada más que una tribu de terroristas y corruptos que se creen que son los dueños del territorio de Gaza, teniendo a todo el pueblo como rehén.
¿Son a estos fundamentalista radicales a los que se quiere reconocer como la Autoridad Palestina? Aquí, con este gobierno ya no nos debe de extrañar nada. Son tan radicales como Hamás, son tan inhumanos que no les importa que desaparezca todo un pueblo como es el judío. Lo que no consiguió un fascista de derechas. Ahora apoyan a unos fascistas de izquierdas para que terminen con ellos. Y su creación como nación por Naciones Unidas.
Las imágenes de una Gaza destruida que vemos en las pantallas de televisión se dirigen a una ideología más que al cerebro. Los estudiantes de izquierdas o «biempensantes» no están informados.
Ni saben el lugar que ocupa Israel en la civilización occidental, ni que la mayoría de los judíos no viven en Israel. Por eso las ideologías, antes de derechas y ahora de izquierdas, no soportan lo judío. Las agresiones ni las guerras nunca las empiezan ellos. Siempre les agreden y gasean para que desaparezcan. ¿No será porque son más civilizados y demócratas que todos los que les rodean? En las Universidades se bebe enseñar a los futuros dirigentes historia y a distinguir la verdad de la mentira. No hay nada malo en manifestarse, ni tampoco lo hay en reclamar justicia social, siempre que los impulsos del corazón estén informados por los de la razón…