Cartas al director
De las contradicciones
En la mayoría de las ocasiones nuestro presidente habla en nombre de todos. Es como si utilizase un plural mayestático sin el «nos» y confunde, y nos confunde, sus deseos y anhelos con los nuestros, haciendo creer que sus percepciones son nuestras percepciones. Y esta equivocación le hace justificar el mentir una y otra vez, es como si en su fuero interno estuviese convencido de que como sus electores desean que esté en su cargo le van a perdonar sus contradicciones y cambios de opinión... y así ocurre.
Pedro Sánchez ha dado unos cuantos discursos en la ONU, en el último ha decretado que «los bulos son un peligro para la democracia». El gran mentiroso, el que cambia de opinión los días pares, va a proteger de las mentiras a los que hemos sufrido las suyas.
Pero olvidamos que, si la mentira tiene las patas cortas, demostrar un bulo debería ser relativamente sencillo. Si no basta con llamar mentiroso al que miente, hay que demostrar que ha faltado a la verdad, tampoco es suficiente tachar de bulo a una noticia, hay que demostrar que es falsa. En su haber hay bulos demostrados y multiplicados por treinta —«no pactaré con Bildu»— y mentiras demostradas si la amnistía era inconstitucional antes del 23 de junio y constitucional después por lo menos en una de las dos veces mintió.
Y este es el personaje que pretende defendernos de las mentiras