Por toda la escuadra

En sesión de control, el señor Sánchez, actual presidente del Reino de España, soltó: «Saben ustedes lo que votan, o no saben ustedes lo que votan». Así, tal cual, con la misma arrogancia que últimamente derrocha acompasada de las palmas sincronizadas, al más puro estilo norcoreano, de su séquito fiel. En realidad, a la ciudadanía de a pie, tal como está el panorama, el circo parlamentario nos abochorna.

Ahora, señor Sánchez, la creciente apatía que nos asalta a quienes todavía nos abstraemos para concluir sin la menor influencia política, no nos quita el derecho a reivindicar nuestra dignidad. La hemeroteca habla por sí sola y nos recuerda todas sus promesas electoralistas. Su NO rotundo a la ley de amnistía, hoy es un sí. Su NO rotundo para pactar con Bildu, hoy es un sí. Su NO rotundo al cupo catalán, hoy es un sí. Su NO rotundo a la menor sospecha de corrupción, hoy por hoy, cuanto menos, es un culebrón melodramático… Visto lo cual, no creo que tenga usted, señor Sánchez, el atrevimiento de poner en entredicho si la ciudadanía de a pie sabemos lo que votamos. Le aseguro que sí lo sabemos, aunque con usted y sus conveniencias muchas veces se nos haya quedado cara de idiotas.

Señor Sánchez, ante el glosario de polémicas que les circundan a usted y a su gobierno, a la ciudadanía ya nos hastía siempre el mismo cuento, que si bulos, que si desinformaciones, que si derecha extrema, que si lawfare, y recientemente, quizás lo más ingenioso, repasar las corruptelas del adversario letra por letra. A ver si a lo tonto, por un lado, señor presidente, mientras usted nos mantiene distraídos con el abecedario, y mientras por el otro lado, la oposición le replica a usted con los números cardinales –empezando por el número uno–, a la ciudadanía nos acaban encajando un gol sanchista-bolivariano por toda la escuadra, porque el señor Zapatero, aunque va de delantero centro, todavía no sabemos para quién juega.