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En primera líneaJosé Antonio García-Albi

No es esto, no es esto

Estamos convencidos de que de algún modo se celebrará un ilegal referéndum en Cataluña, se las apañarán para poner un disfraz a una norma que permita una consulta que no cabe en nuestro ordenamiento jurídico

Actualizada 01:30

Me sirvo de las palabras que utilizó Ortega y Gasset para alertar de la peligrosa deriva violenta y antidemocrática que tomaba la II República Española, porque la que está tomando nuestro sistema constitucional, víctima de unos políticos irresponsables y antidemocráticos, es también muy peligrosa. Ya conocemos por sus actos a dichas personas del nuevo frentepopulismo, no los voy a volver a analizar.

Hace unos días tuvo lugar el primer debate parlamentario tras el de investidura. El gobierno presentaba la tramitación de tres decretos leyes, uno de ellos de los denominados «ómnibus». Los días previos al debate era desesperante leer y escuchar los medios de comunicación; porque fue muy grave que en esos días los jefes, que no líderes, de la oposición estuvieran desaparecidos. Ninguno comentó a los ciudadanos el contenido de esos decretos, no explicaron la trampa del llamado «ómnibus». Ambos dejaron sin contestar las manifestaciones demagógicas del Gobierno en el sentido de que lo contenido en ellos suponía un beneficio para los ciudadanos y que oponerse era ir en contra de los españoles; se callaron y no aparecieron. Y por último no criticaron el abuso inconstitucional que el Gobierno hace del decreto ley, ignorando el tenor del artículo 86-1 de la Constitución que dice: «En caso de extraordinaria y urgente necesidad, el Gobierno podrá dictar disposiciones legislativas provisionales que tomarán la forma de decretos-leyes». No denunciaron el hecho de que no concurría ni «extraordinaria ni urgente necesidad» Eso sí, al día siguiente del pleno todo era poner el grito en el cielo como si no supieran con anticipación lo que iba a ocurrir.

Además de lo anterior resulta que dos de esos atroces decretos se aprobaron mediante unas negociaciones con un delincuente alcanzando acuerdos que, directamente, no se pueden negociar. Aunque la materialidad de alguno de esos acuerdos sea de difícil ejecución ya que, por ejemplo, la cesión de la competencia en el control de la inmigración precisa del desarrollo de una ley orgánica, es evidente que algunos pasos se están dando. La amnistía, la retirada progresiva de la Guardia Civil y la Policía de Cataluña, la condonación de la deuda o la previsible excarcelación de etarras son hechos que no debieran poder acaecer. Y si se llevan a cabo es porque o el tirano de la Moncloa debe iniciar su paso por el banquillo sin demora o porque tenemos algunas imperfecciones en nuestro sistema constitucional.

Vemos con tristeza que parece que el sacrificio, durante décadas, de las víctimas de ETA, de sus familiares y de la sociedad española no ha servido para mucho. Contemplamos así mismo, cómo se llama a la Unión Europea para mediar entre nosotros, para arreglar un problema como es el averiado y antidemocrático sistema de elección del órgano de gobierno de los jueces, porque nosotros no somos capaces de reparar la avería. O sufrimos indefensos la falta de libertad y de calidad en la educación de los hijos.

Siendo todo lo que acontece de extrema gravedad, se me antoja como totalmente inadmisible, la posibilidad de que pueda volver a ocurrir en un futuro. Y es que estamos en un escenario en el que no vale con que el tirano pierda unas próximas elecciones. A estas horas los jefes, que no líderes, de los dos partidos de la oposición debieran estar planteando potentemente a la sociedad española un debate, una propuesta de regeneración. Impulsar la ilusión de que vamos a evitar que se vuelva a preguntar «de quién depende la fiscalía». Tienen que decirnos que van a proponer a los españoles las medidas correctoras del sistema para que no nos tiranicen partidos con mínima representación y con planteamientos separatistas, excluyentes y antiespañoles. Para que los jueces sean independientes y que el Constitucional no sea un ministerio adicional.

ilustracion psoe destruccion escombros

Lu Tolstova

Los dos jefes de los partidos de la oposición debieran dejarse de chorradas, sufrir ellos mismos una metamorfosis y convertirse en líderes de la ciudadanía al ofrecer un ilusionante proyecto conjunto de renovación que evite que estos ultrajes vuelvan a ocurrir. Que nos convenzan de que podemos implementar medidas que corrijan los defectos de nuestra constitución para preservarla, así como para defender la democracia.

Porque como dice en una entrevista el profesor de historia política Roberto Villa: «Las democracias requieren, más que ningún otro régimen, mucho liderazgo. En otro caso, mueren».

El hecho de que la propuesta provenga de dos formaciones políticas conjuntamente, sería la mejor garantía para los ciudadanos, de que una mayoría absoluta serviría para algo y no como la última marianil.

Estamos convencidos de que de algún modo se celebrará un ilegal referéndum en Cataluña, se las apañarán para poner un disfraz a una norma que permita una consulta que no cabe en nuestro ordenamiento jurídico. Pero claro, la amnistía a los ejecutores del anterior referéndum ilegal, que supuso de facto un intento de golpe de Estado, viene a decir que se puede volver a repetir sin sufrir consecuencias porque los hechos no son susceptible de reprobación y penalidad legal.

Por eso creo que es clave lanzar a los españoles una fuerte llamada para realizar las reformas que impidan las repeticiones de hechos lamentables. Solo de esa manera comenzaremos a esbozar una sonrisa pensando que tenemos futuro por delante. Los dos jefes de ambos partidos de la oposición si no se sienten personalmente capacitados para reconvertirse en líderes nacionales, deben actuar con patriotismo y dejar paso a quienes puedan jugar ese papel. Si no existe esa propuesta conjunta, el futuro de España será muy negro.

  • José Antonio García-Albi Gil de Biedma es empresario
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