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En Primera LíneaMariano Gomá

La izquierda. Una película de terror

Puestos ya en nuestra democracia, a excepción de una anomalía encabezada por Felipe González de la mano entre otras del canciller Willy Brandt que situó a la izquierda socialista en el espacio socialdemócrata, los demás ejemplos son ciertamente dramáticos

Actualizada 01:30

No hace falta recordar las atrocidades que la izquierda, radical o no, ha cometido en la historia del mundo y en España también ya incluso olvidando las nefastas repúblicas cuyas barbaridades y violencia provocaron una cruel guerra civil que muchos sectores de esa infame izquierda se niegan a olvidar y hasta intentan desenterrar.

La

Lu Tolstova

Puestos ya en nuestra democracia, a excepción de una anomalía encabezada por Felipe González de la mano entre otras del canciller Willy Brandt que situó a la izquierda socialista en el espacio socialdemócrata, los demás ejemplos son ciertamente dramáticos porque el Sr. Rodríguez Zapatero accedió a la Moncloa y al gobierno chapoteando en sangre inocente y el Sr. Sánchez años después como un auténtico y falso vendedor de crecepelos, vendiendo a España a corruptos, comunistas, golpistas y terroristas.

Ello demuestra que las infamias y peligros de la izquierda son todavía vigentes y muy vivas en algunos países del mundo y lamentablemente entre ellos el nuestro, pero también es justo reconocer que el poder de seducción, manipulación e hipnosis social de esa delirante e irredenta izquierda es eficaz sobre todo cuando al otro lado los egos, los vetos, las timideces e inseguridades, los buenismos y la priorización absoluta de la captación del voto abandonando ideologías, estrategias y programas, convierten a la derecha en un mero saco de quejas que solo hace de sparring de una izquierda acostumbrada a golpear, a la violencia política y social, y al humo del fuego de las barricadas y la destrucción.

Tan solo por recordar un ejemplo, en las últimas elecciones generales cuyas encuestas eran inequívocas a posibilitar una alternativa de derecha, bastó con lemas o eslóganes al estilo de que viene el dóberman. Ataca a la derecha y el fascismo o el 'No pasarán' para obtener el masivo voto socio-comunista, terrorista y golpista frenando cualquier alternativa y así poder seguir destruyendo España. Es que no aprendemos.

Y por tanto continuamos asistiendo a una auténtica película de terror a mayor satisfacción de la banda de demolición sincronizada con el despiste de la oposición y la mirada atónita y perdida de la ciudadanía. A saber:

Escena 1.- Siniestro escenario en el cual aparecen la familia presidencial en el vaho de saunas, cátedras, mentiras, falsos contratos, malversación de fondos públicos, interrogatorios idiotas o demenciales y obstrucción a los procedimientos judiciales, mientras se preparan leyes que limpiarán y ventilarán todo. ¡Y todos tan panchos!

Escena 2.- Luces de neón y bambalinas donde se mueven modelos, queridas, prostitutas, maletas, viajes, falsos contratos y dinero a espuertas que proyectan la corrupción desenmascarada hasta a Sudamérica. ¡Qué contentos todos con los efluvios de la risa!.

Escena 3.- Terrorífica inquisición donde fiscales generales, presidentes del Tribunal Constitucional, magistrados y manipuladores profesionales de nuestra Ley, malabaristas de nuestra Carta Magna y togados de diferentes pelajes, alteran, condenan, perdonan, amnistían y blanquean la sangre derramada. ¡Sorprendente y sobre todo estimulante!

Escena 4.- Ejército de asesores, espías, tramposos y manipuladores de datos e información reservada para acosar, acorralar, calumniar y llevar al patíbulo a todo aquél, o aquella, que pueda ser un estorbo o una amenaza para sus pérfidas intenciones. ¡A por ella!

Escena 5.- Adquisición y alquiler de medios de comunicación, informadores, periodistas y payasos de las redes para intoxicar, censurar, manipular datos tanto oficiales como de actualidad anulando o dinamitando a personas o medios que mantienen la disidencia o desobediencia al equipo también de manipulación sincronizada. ¡Se van a enterar!

Escena 6.- Insultos, desprecios, mentiras y sabotaje general a la Monarquía, al impoluto papel de La Corona, al Rey Emérito y a todo aquello que tenga que ver con el Patrimonio Nacional a mayor gloria de nuestra historia y cultura en el mundo. Mercadillo milenario y capital en el mundo. ¡Bueno, bonito y barato!

Escena 7.- Procesión de colorines y alegres voceras con pancartas y abanicos para llegar solas y borrachas a sus casas salvo que las empotren contra alguna pared sus propios compis de cuchipandi, ideólogos de bragueta ligera y pasiones desaforadas de profes o 'machos-man'. Que, si sí es sí, no es sí, sí es no y quizás todo vale bien camuflado. ¡Porque nosotras lo valemos!

Escena 8.- Cementerio de paz social donde quién no obedece está muerto, quién no aplaude es por mutilación, quién no protesta es por ser mudo y quién no ve lo que pasa es porque es ciego o solo ve billetes de banco. Paz social de cerveza y mariscada con grandes raciones de crustáceos para mayor frenesí. ¡Que vivan los sindicatos bien alimentados!

Escena 9.- Muerte y barro en Valencia con un cobarde huyendo de sus obligaciones como gato escaldado mientras nuestro ejército se muerde las uñas por no recibir órdenes, nuestros Reyes aguantando nunca mejor dicho el chaparrón y los pesares de la gente, la ministra competente y responsable examinándose en Bruselas del carnet de conducir, de un ministro abanicándose por el calor, pero eso sí, todos muy contentos por la presa derribada o no construida. Las llamadas y alarmas sin respuesta mientras el agua todo lo arrasa. ¡Maldito cambio climático! ¡Qué mala suerte!

El problema queridos lectores es que la película va avante, el terror continúa dirigido por la izquierda que nos gobierna y mucho me temo que de seguir así nuestro panorama político y de partidos tenemos terror para rato. ¿Hay alguien más?

¡Continuará!

  • Mariano Gomá es presidente del Foro España Cívica
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