Cuba y Venezuela, modelos similares

Durante las últimas semanas, Venezuela y el resultado de sus elecciones ocupan el interés de la prensa, así como de gobiernos e instituciones del mundo y opinión pública.

Cuba y Venezuela son dos países sometidos a regímenes similares en donde el pueblo y sus derechos son violados de forma sistemática y con una precariedad económica de la población que en el caso de Cuba se prolonga desde hace más de 50 años. Esta lamentable situación impulsa a una diáspora de ciudadanos buscando seguridad y mejor futuro, dando lugar a vivencias dolorosas no merecidas. La situación en dichos países resulta similar, aun cuando en el caso de Venezuela se han podido celebrar elecciones presidenciales, cuyos resultados hoy se ponen en duda tanto por la oposición al régimen del presidente Maduro como por instituciones internacionales.

Incluso, según se recoge en prensa el Partido Popular forzó una votación en el Congreso, y la ganó, para que el Gobierno de España reconozca como ganador al candidato de la oposición. Esta iniciativa, que es evidente solo busca desgastar al Gobierno de Pedro Sánchez, no se sostiene si no se dispone de las actas de las mesas electorales que pudieran demostrar el fraude electoral. Solo la comprobación de los resultados recogidos en esos documentos podría demostrar un fraude en las elecciones. Es por ello que la reclamación de las actas debería ser el centro de la posición internacional para garantizar el respeto a la voluntad del pueblo venezolano.

Por cuanto que está demostrado que las sanciones y las condenas internacionales no afectan a dictadores como Maduro y Díaz-Canel es fundamental garantizar la seguridad de las voces interiores de la oposición que pueden ser silenciadas por la represión del régimen dominante.

Durante años desarrollé, desde mi escaño en el Congreso de los Diputados, una acción continuada en pro de los derechos humanos en la República de Cuba. Además de promover distintas votaciones en la Cámara, intenté desplegar un paraguas de protección sobre los disidentes de la Isla reclamando la intervención de la Embajada de España en La Habana ante cualquier hecho represivo realizado sobre disidentes o maltrato a prisioneros encarcelados por motivos políticos. Esta labor de protección la implementaba presentando una pregunta escrita al gobierno, describiendo los hechos y reclamando la intervención de la Embajada en La Habana.

Con satisfacción grande por conversaciones con afectados, aquí en Madrid, pude comprobar que el método funcionaba, al menos en Cuba, logrando el efecto de protección deseado.

El pueblo de Venezuela y las fuerzas de la oposición al régimen del presidente Maduro vienen demostrando desde hace años con valentía un firme compromiso para lograr un futuro mejor y en plena libertad para el pueblo de Venezuela. Son ellos los que merecen toda la protección de las democracias y sus instituciones.

Ellos son los que deben reclamar la entrega de las actas con el apoyo internacional y protegidos frente a la opresión para poder acceder a la comprobación de los resultados electorales, quizás en el ámbito de la Organización de los Estados Americanos.

En política todo es opinable y no es una ciencia exacta, pero la historia puede aportar experiencias aprovechables y por ello no olvidar Polonia, caso determinante en el fin del Muro de Berlín, bajo la protección del Vaticano y del hoy San Juan Pablo II.

• Teófilo de Luis fue diputado en Cortes