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TribunaJosé F. Martín Cinto

El Pirineo oscense

El valle de Hecho está recorrido por el río Aragón y el valle de Ansó por el río Veral. En estos pueblos se conserva en gran medida toda su arquitectura tradicional, con poca incidencia de las construcciones más actuales y con menos personalidad

Actualizada 20:25

El Pirineo Oscense, es prácticamente, toda la parte central de los Pirineos y constituye de manera importante, frontera entre España y Francia.

Sin duda, el Pirineo Aragonés, es la parte más importante de esta fantástica cordillera. Te encuentras en ella, auténticas murallas en piedra, con tremendos cortados y todo ello, repleto de valles con frondosos bosques, dando lugar a variados caminos y sendas, que nos llevan a descubrir parajes increíbles, de una belleza inigualable, donde se juntan la piedra, la frondosidad arbórea, los ríos con innumerables pozas y en lo alto, la grandiosidad de las más altas cumbres de los Pirineos.

Merece la pena destacar, algunos enclaves magníficos de los Pirineos, como Los Mallos de Riglos, importantes estructuras en piedra, San Juan de la Peña, donde persisten las mismas rocas que en Riglos con más de 35 millones de años y donde embebido en ellas, nos encontramos un enclave religioso increíble, de lo más importante que podemos encontrar en todo el Pirineo; se trata de un antiguo monasterio, construido a resguardo de la propia roca, que se construyó hace más de mil años y que en su construcción, se aprovecharon los resquicios de las rocas, para sacar adelante, esta verdadera joya arquitectónica.

Después de esta introducción, me quiero referir a la excursión que hemos hecho, varios miembros de mi familia, saliendo de Jaca en dirección Hecho, para desviarnos al Valle de Ansó y más adelante nuevo desvío por el Valle de Zuriza.

El valle de Hecho está recorrido por el río Aragón Subordán y el valle de Ansó por el río Veral. En estos pueblos se conserva en gran medida toda su arquitectura tradicional, con poca incidencia de las construcciones más actuales y con menos personalidad. Destacan en sus casas, las grandes chimeneas de piedra, hasta de más de dos metros de altas y generalmente cubiertas, para evitar la entrada de nieve. Podríamos estar describiendo sitios maravillosos como el Parque Natural del Valle, el río Gállego y el valle de Tena, Panticosa, Tozal del Mallo, Ordesa, Aínsa, el pico Aneto de 3.404 metros de altitud, etc... Pero voy a dedicar lo que queda de este artículo, para hablar de la excursión hecha, una vez pasado el valle de Ansó, discurriendo por el valle de Zuriza, donde nace el río Veral.

Nunca había recorrido esta zona, a la que tienes acceso por una precaria y estrecha carretera, que es un placer recorrerla y que te sorprende en cada curva con unos rincones, cada uno, más bonito que el anterior si cabe. A lo largo del río Veral, encuentras muchas pozas que en días de calor y por los enclaves de cada una de ellas, es un verdadero placer, el zambullirte en sus frías, brillantes y cristalinas aguas.

Quiero hacer mención del sitio donde paramos a comer, llamado La Borda del Chiquín, donde desde que llegas, te atrapa por su ambiente, por sus grandes mesas de madera realmente embebidas en la naturaleza, con enormes arboledas que le dan un gran ambiente y que en épocas de calor resulta muy refrescante. Todo lo que comimos resultó ser digno del mejor restaurante de cualquier capital europea y el servicio, comandado por un joven llamado Jorge, de llevártelo contigo. Fue una magnífica experiencia culinaria, impensable en medio de tanto paraje de belleza natural, sin que la mano del hombre los haya perjudicado de alguna manera.

Retornamos por donde fuimos, pero en sentido contrario y aprovechando que toda esa zona no ha sido invadida por el turismo masivo, lo que nos permitió poder volver a disfrutar de baños en las pozas del camino, todas ella de belleza sin igual.

No puedo por menos que recomendar este tipo de excursiones y como estamos en época de vacaciones, he querido romper una lanza por esa zona, muy querida por mi familia, desde hace más de 40 años y donde hemos sido realmente felices.

No nos damos cuenta muchas veces de las grandes bellezas que tenemos en España y enmarcadas en este artículo, por el macizo central del Pirineo Aragonés

  • José Fernando Martín Cinto es licenciado en Ciencias Físicas
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