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El periodista Javi Nieves moderó la mesa redonda

El periodista Javi Nieves moderó la mesa redondaFundación Pablo VI

Adela Cortina: «Vivimos en una sociedad que rechaza al que no puede ofrecerte nada a cambio»

La filosofa dialoga con la viróloga Isabel Sola y la misionera Victoria Braquehais sobre los retos del mundo

El mundo se enfrenta a multitud de retos que van más allá de campos cerrados como la economía, la política o la educación. Algunos de ellos se han abordado en el II Congreso Iglesia y Sociedad Democrática en una mesa redonda moderada por el periodista Javi Nieves y con las miradas de la filósofa Adela Cortina, catedrática de Ética de la Universidad de Valencia, la viróloga Isabel Sola, codirectora del Laboratorio de Coronavirus CNB-CSIC y la misionera Victoria Braquehais, de la congregación de la Pureza de María.

A modo de encuentro multidisciplinar se han abordado asuntos como el retroceso de las democracias, algo que para Adela Cortina estamos viendo desde los años 90 y que nos sitúa «en un punto de inflexión» en el que debe primar un espíritu de solidaridad y esperanza para no anteponer la seguridad a una «libertad bien entendida». La hermana Victoria reconoce que ve el mundo «desde la periferia» y pide que se abra la mirada para comprender que hay otras realidades y que «mientras hay valores que se pierden en Occidente, no lo hacen en otras partes del planeta».

El mundo tras la pandemia

La presencia de la viróloga Isabel Sola ha permitido analizar la situación actual de la COVID-19, una realidad que nos da «razones para la esperanza», que nos recuerda la importancia de invertir en ciencia y que ha puesto a la humanidad ante la certeza de su «vulnerabilidad», algo que para algunos es difícil de asumir y lleva a crear «explicaciones alternativas» o negacionistas. Ese shock trascendental ha llevado a Adela Cortina a pedir un cambio de mentalidad en el que se ponga en valor la dignidad de cada persona. La filósofa ponía el ejemplo del reparto de vacunas bajo el pretexto de «sobrevivir nosotros», cuando debería hacerse para que sobreviva cada persona de forma individual.

El mundo que deja la pandemia es distinto en lugar o en otro. Como misionera, Victoria Braquehais ha podido ver como el parón y el confinamiento han provocado que muchos niños dejen la escuela en África, que niñas hayan sido casadas a la fuerza o que muchos hayan visto mermada su alimentación por no poder acudir a la escuela, lugar en el que se alimentaban. Ahora, con la invasión de Rusia a Ucrania nos encontramos con una nueva crisis de refugiados que requiere de una respuesta que ya se tendía que haber dado en otros lugares y con otros pueblos, recordaba Cortina.

El mundo de la aporofobia

Acabar con la pobreza sigue siendo uno de los retos a los que se enfrenta el mundo. Adela Cortina agradece que los objetivos del milenio lo tengan en cuenta y espera que algo se cumpla. Ella es la creadora del término «aporofobia», el rechazo al pobre en una sociedad que deshecha a aquel que «no puede darte nada a cambio». Entre los caminos para reducir este problema mundial, la hermana Victoria ha centrado la mirada en el acceso a la educación y, especialmente, el de las niñas.

Ella ha podido ver el mundo de la inmigración desde el otro lado, desde el punto de partida de aquellos que tienen un sueño de una vida mejor y por eso pide una regulación atenta a dos horizontes, «el de que todo ser humano tiene derecho a desarrollar su vida donde quiera» y el de resolver el problema de fondo que es el de «invertir y capacitar a los países en vías de desarrollo». Isabel Sola ha concluido este espacio reconociendo que «la visión egocéntrica ya no vale».

El mundo de la tecnología

El último tema abordado en la conversación ha sido el del impacto de las nuevas tecnologías en la sociedad. Las teorías más extremas hablan de alargar la vida humana y revertir el envejecimiento, algo que Isabel Sola ha relacionado con ese miedo a la vulnerabilidad que se ha dejado notar con el coronavirus. Adela Cortina lo denomina una búsqueda de la «autosuficiencia» y señala este tipo de propuestas como una ideología más animada por las grandes empresas de Silicon Valley.

Otro de los frentes que abren las cibertecnologías es el de la conexión absoluta, algo que también entraña riesgos si no se entiende un modo adecuado. La falta de profundidad en el pensamiento y la transformación del diálogo en «cháchara», en palabras de la filósofa, no son algo bueno.

La misionera ha concluido esta penúltima mesa del congreso con una llamada a la esperanza y a la confianza en esa fuerza que es capaz de hacer frente a cualquier reto que el mundo plantee en el presente y el futuro, una fuerza que no es otra que la de «Cristo resucitado» y presente en los lugares más recónditos a través de la Eucaristía.

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