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18 de septiembre de 2024

Atardece la pasada semana en Medjugorje, durante el Mladifest

Atardece la pasada semana en Medjugorje, durante el MladifestCentro Medjugorje

¿Está el Papa dando pasos hacia la aprobación final de Medjugorje?

El veredicto por parte del Vaticano del caso de las supuestas apariciones marianas en la célebre parroquia de Bosnia y Herzegovina es el que más expectación genera entre los fieles

No hay datos que lo puedan confirmar tajantemente, pero sí se suceden gestos que podrían indicar las intenciones del Papa Francisco hacia las apariciones de Medjugorje (Bosnia y Herzegovina). El último de ellos, el mensaje que envió a los más de 50.000 jóvenes que han acudido entre el 1 y el 6 de agosto al Mladifest, seguramente el festival juvenil católico más multitudinario del verano. No es algo novedoso: lleva haciéndolo varios años desde que autorizara oficialmente, en 2019, las peregrinaciones a esa parroquia católica.

Las supuestas apariciones de la Virgen María en esa localidad de Bosnia y Herzegovina acaban de cumplir 43 años, y todavía no han sido aprobadas por la Iglesia. Entre los motivos esgrimidos por los que han estudiado a fondo el tema destacan la inmensa cantidad de «mensajes» (se habla de más de 30.000) y el hecho de que esas comunicaciones a los videntes se seguirían produciendo a día de hoy. Habría que esperar, pues, a que éstas concluyeran para que la Iglesia emitiera su veredicto final.

Pero la autorización oficial de Francisco de hace cinco años a que se peregrinara hasta Medjugorje, unido a los mensajes que hace llegar cada verano a los jóvenes del Mladifest evidencian que, desde el Vaticano, no se ve con tan malos ojos el lugar. Es razonable pensar que, si en la Santa Sede existiesen sospechas fundadas que cuestionaran la veracidad de los supuestos hechos sobrenaturales de Medjugorje, el Pontífice no se habría expuesto de ese modo. Francisco cuenta allí además con un visitador apostólico, monseñor Aldo Cavalli, nombrado en mayo de 2021 con una función «exclusivamente pastoral» que suponía un acompañamiento «estable y continuo». «Una función pastoral, por tanto, que no entra en la cuestión de las apariciones marianas que algunos chicos dicen haber tenido desde el 24 de junio de 1981», apostillaba el Vaticano en ese momento.

Garabandal, el caso español

En España hay numerosos fenómenos supuestamente sobrenaturales que aún no han recibido la aprobación o el suspenso definitivos por parte de la Santa Sede. El más conocido de ellos es el de San Sebastián de Garabandal, un pequeño municipio de Cantabria donde la Virgen María se habría aparecido entre 1961 y 1965 a cuatro niñas. A pesar de que en su momento levantó una gran polvareda mediática, el obispado desaconsejó a los fieles acudir en peregrinación, y dudó de la veracidad de las apariciones. Sin embargo, hace aproximadamente una década, gracias a la publicación de varios libros y estudios y de producciones audiovisuales, Garabandal volvió a adquirir protagonismo y a recibir un número creciente de peregrinos.
La explanada frente a la iglesia de Medjugorje, llena de jóvenes la semana pasada

La explanada frente a la iglesia de Medjugorje, llena de jóvenes la semana pasada

Sin embargo, unos años antes, en noviembre de 2013, Francisco había pronunciado unas palabras que muchos asociaron a una posible desaprobación de los fenómenos de Medjugorje, aunque el Pontífice nunca especificó a qué se refería: «La Virgen no es un jefe de la oficina de Correos para enviar mensajes todos los días», afirmó en esa ocasión.

Lo que es indiscutible es que en la parroquia de esa localidad de Bosnia y Herzegovina se producen frutos abundantes de conversión entre los centenares de miles de personas que peregrinan hasta allí cada año. Éste podría ser un indicador de la veracidad de las supuestas apariciones, aunque no es un factor determinante para que la Iglesia las corrobore. Algunos apuestan por una solución «intermedia»: que la Santa Sede reconozca los primeros mensajes de la Virgen como ciertos y no se pronunciase aún sobre el resto.

«Consta la no sobrenaturalidad»

Desde que el pasado mes de mayo el cardenal Víctor Manuel Fernández, hombre de máxima confianza del Pontífice, publicara las nuevas normas para el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales, el dicasterio para la Doctrina de la Fe que dirige entró en una actividad frenética para determinar la veracidad o no de supuestas apariciones por todo el mundo. La última de ellas fue hace apenas unos días, cuando la Santa Sede declaró que «constat de non supernaturalitate» («consta la no sobrenaturalidad») de los hechos relacionados con Elenita de Jesús en Puerto Rico. «Es necesario que quienes la aman utilicen su figura como motivación para entregarse únicamente a Dios y eviten dirigir hacia ella los gestos de culto que corresponden a la Madre de Jesucristo. Es mejor no dañar este tesoro desvirtuando su sentido original», señala el veredicto de Doctrina de la Fe .

Entre junio y julio, además, el dicasterio que preside el cardenal Fernández sí aprobó las apariciones de Villa Guardia, las de Montichiari y las de Nuestra Señora dello Scoglio, en Italia, pero rechazó las de Trevignano y las de Amsterdam. Muchas de ellas son prácticamente desconocidas para el gran público, pero no es el caso de las de Medjugorje, mundialmente famosas por las riadas de peregrinos que convergen allí cada año, por los milagros que muchos aseguran haber presenciado en ese lugar y por los mensajes que, a día de hoy, supuestamente sigue transmitiendo la Virgen. Por eso, la resolución del caso de la localidad bosnia por parte del Vaticano es el que genera más expectación. Hasta que la Santa Sede no se pronuncie al respecto, habrá que seguir tratando de interpretar la intención detrás de los gestos que, periódicamente, protagoniza el Papa Francisco.

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