El Papa concede a la española Lydia Jiménez la 'Cruz Pro Ecclesia et Pontifice'
La directora de las Cruzadas de Santa María recibe la distinción, una de las máximas que puede otorgarse a un católico
Lydia Jiménez, presidenta del Consejo Directivo de la Universidad Católica de Ávila (UCAV) y directora general del Instituto Secular Cruzadas de Santa María, ha recibido la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice. Se trata de una de las máximas distinciones que puede recibir un católico. La ha recibido en Roma en manos del Papa Francisco.
La insignia recibida por la abulense reconoce su trayectoria en las Cruzadas de Santa María. Su actividad en la institución secular se alarga desde 1965, tiempo que ha servido para iniciar y asentar diferentes proyectos educativos y pastorales. Labores que pueden apreciarse en doce países, repartidos por África, América y Europa. Además, se espera la cercana apertura de una nueva fundación en Filipinas.
Lydia Jiménez nació en San Martín de Pimpollar (Ávila) en 1945. Conoció al P. Tomás Morales –el fundador de las Cruzadas– en 1965, pocos meses después de su llegada a Madrid para estudiar Ciencias de la Educación y Filosofía en la Universidad Complutense. El P. Morales descubrió en ella a la mujer que iba a hacer realidad el proyecto del nuevo estilo evangélico del Instituto Secular Cruzadas de Santa María.
Según las que la conocen, «la expansión de la Institución se ha hecho posible gracias a su entrega incondicional, a su celo ardiente por la salvación de las almas, a su profunda abnegación. Muchos son los kilómetros recorridos para poder acompañar a las cruzadas y militantes en las distintas fundaciones, visitando sus casas, apoyando las vocaciones latentes, consolidando las veteranas, alentando nuevas iniciativas apostólicas para la evangelización». Abrió la primera casa de las Cruzadas en América en 1986 (Perú). Desde entonces, se han ido sucediendo una tras otra las fundaciones sobre todo en países de América y Europa, pero también en otros países (por ejemplo en Camerún o Cuba).
La huella ignaciana
Ha dirigido numerosas tandas de Ejercicios Espirituales a chicas jóvenes, en régimen de soledad y silencio, al modo ignaciano, «dedicándose incansablemente a la formación de cada una».
Ha promovido la creación del «Instituto Berit de la Familia» en España e Hispanoamérica, del que es directora desde 1998. Desde mayo de 1999 hasta 2016 ha sido consultora del dicasterio para los Laicos, Familia y Vida y, a partir de 2001, consultora de la congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica. También ha sido presidenta de CEDIS (Confederación Española de Institutos Seculares) en dos ocasiones.
En octubre de 2012 participó como auditora en el sínodo de los obispos convocado por el papa Benedicto XVI sobre la nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana.
El buen hacer de Jiménez ha sido reconocido por el Vaticano desde hace décadas. Juan Pablo II y Benedicto XVI ya apreciaron en ella a una gran colaboradora de la Iglesia. Y, ahora, el Papa Francisco le hace entrega de esta insignia de honor, la cual ha agradecido, aunque ha reconocido que «nunca pensó que fuera a ser merecedora de ella».
La distinción llega en un año muy especial, en jubileo de la entidad, cuando se cumplen 25 años de su probación pontificia.
La Cruz Pro Ecclesia et Pontifice se trata de una importante distinción papal. Fue instituida por León XIII en 1888 y es concedida por el sumo pontífice para reconocer un largo y excepcional servicio a la Iglesia católica y al Papa.