Lo de González Pons y las 'obispas' ya ha fracasado con anglicanos y episcopalianos
«Seguro que no se le había ocurrido a nadie antes», suponemos que le pasaría por la cabeza al eurodiputado del PP metido a teólogo

Mariann Edgar Budde y Donald Trump
Debió de pensar Esteban González Pons que había descubierto el Mediterráneo cuando escribió hace unos días su columna en un diario valenciano arengando a la Iglesia católica para que incorporara obispas a su plantilla. «Seguro que no se le había ocurrido a nadie antes», suponemos que le pasaría por la cabeza al eurodiputado del PP metido a teólogo mientras tecleaba en su ordenador la bobada que ha sido rechazada incluso por los de su propio partido.
Lo que González Pons seguramente no sepa es que su genial y sesuda propuesta ya ha fracasado precisamente en la Iglesia episcopaliana –a la que pertenece su admirada 'obispa' Mariann Edgar Budde– y en otras muchas como la anglicana o la luterana. El planteamiento, es cierto, parece lógico: Faltan curas, y lo de que solo sean hombres suena anticuado. Abramos las puertas a las mujeres. El razonamiento no es nada nuevo, y ya desde los años 80 las confesiones protestantes se zambulleron de lleno en el debate. Algunas denominaciones terminaron aprobando la medida, que fue aplaudida a rabiar por medios de comunicación y grupos progresistas.

La primera «obispa» abiertamente gay de la Iglesia Metodista Unida, Karen Oliveto
Pero, tras su euforia inicial, llegó la realidad: las iglesias que habían aceptado la ordenación de mujeres se desangraban a un ritmo incluso mayor que antes; los pocos fieles que quedaban en sus servicios se redujeron aún más; el ingreso de candidatas al sacerdocio no fue suficiente para frenar la hemorragia vocacional, y muchos fieles terminaron pasándose a la Iglesia católica. De hecho, en 1992, cuando los anglicanos dieron el paso, alrededor de mil pastores pidieron ser aceptados en el catolicismo. En fechas más recientes, otros cinco obispos abandonaron la Iglesia anglicana para pasarse a la católica. Jamás desde Enrique VIII se había dado una hecatombe similar en la Iglesia de Inglaterra.
El asunto de las 'obispas' suele ir de la mano de otro debate: el de la aceptación al 'sacerdocio' de personas abiertamente homosexuales. En febrero de 2023, primados de Hispanoamérica, África, Asia y el Pacífico anunciaron oficialmente su separación de la Iglesia de Inglaterra y de su obediencia al arzobispo de Canterbury después de que éste aprobara la bendición de parejas homosexuales. De todas maneras, el disgusto no le duraría demasiado a Justin Welby: apenas año y medio después se vería obligado a dimitir por desoír avisos sobre un caso de cien abusos a menores.Si estos casos no persuaden a González Pons, puede echar un vistazo también al metodismo, donde, de un día para otro, se dejaron por el camino a 1,2 millones de fieles. La potente congregación de Costa de Marfil abandonó en bloque la Iglesia por la deriva woke de sus correligionarios estadounidenses. Tal vez, la próxima vez, antes de despachar consejos teológicos, sería bueno que el eurodiputado del PP mire a su alrededor. Se puede llevar una sorpresa.