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07 de septiembre de 2024

Javier Viver, director del Observatorio de lo Invisible

Javier Viver, director del Observatorio de lo InvisibleLupe de la Vallina

IV Observatorio de lo Invisible

153 artistas católicos se reúnen en Valladolid para unir arte y espiritualidad

A lo largo de los años, el Observatorio de lo Invisible ha crecido, pero siempre reuniendo «artistas con la misma inquietud», afirma su director

El Monasterio de la Santa Espina de Valladolid ha reunido este 22 de julio a las 153 personas entre alumnos, profesores y miembros del equipo organizativo que participan en la cuarta edición del Observatorio de lo Invisible.

«Me alegra mucho que cada año nos volvamos a ver. Os pido que estéis atentos, porque en cualquier momento puede saltar la chispa. Cada edición hemos podido ver cómo surgían diversas iniciativas a raíz de lo vivido aquí: la revista Transfiguración, el proyecto Corazón del Arte, las charlas semanales de La Belleza de Cristo…», ha relatado Javier Viver, director del observatorio, en la presentación inicial.

Este evento nace como propuesta de la Fundación Vía del Arte, cuya directora, Sonia Losada, ha querido también agradecer la presencia y el trabajo de cada uno de los que hacen posible esta escuela de arte y espiritualidad: «La mirada de cada uno es necesaria. Sin ella, esto sería incompleto».

Nueve talleres de excelentes profesores

Cada uno de los profesores de los nueve talleres de este año han presentado o anticipado su plan de trabajo para estos días. Ignacio Llamas, del taller de Fotografía, propone «trabajar con la cámara fotográfica como medio: si normalmente se utiliza para plasmar el exterior, emplearla como herramienta para bucear en lo que vive dentro de nosotros, de manera que las fotografías funcionen como metáforas del ser humano».

Miguel Álvarez-Fernández, del taller de Arte Sonoro, nos invita a entender qué es escuchar y qué sucede «cuando comienza la escucha»: «Juntos vamos a bajar (o a subir, según se mire) a niveles muy básicos y esenciales de la escucha». Esta esencialidad la busca también Jesús Cotta, del taller de Poesía, que admite que la creación poética se compone de dos facetas: un punto misterioso y mucho trabajo. «Vamos a trabajar el oficio, la expresión lingüística, el lenguaje, de manera que cuando llegue la inspiración sepamos ponerla a trabajar».

Pepa Pedroche organiza el taller de teatro, y en esta edición busca «acercarnos a los grandes místicos de los siglos XVI y XVII y a algunos dramaturgos que también transitaron esta espiritualidad». «Nuestro objetivo es conocer sus textos y trasladarlos a la espiritualidad que vivimos hoy para poder transmitirlo a los demás a través de las herramientas teatrales».

El «taller indisciplinado» de Ernesto Artillo, que imparte el taller de Performance, mezcla muchas disciplinas diferentes: la escritura, la escena, el cuerpo, la imagen, el texto… «Esta semana podremos ser lo que queramos, haremos todo lo que queramos con la vergüenza que da hacer algo que no se sabe hacer como motor creativo, dejándonos vislumbrar sin mostrarnos del todo».

El profesor Nicolás de Maya ha asistido a las cuatro ediciones anteriores del Observatorio de lo Invisible, y en esta ocasión lo hace como profesor del taller de escultura. «En una semana no podemos aprender a esculpir, pero sí podemos aprender a pensar. Crearemos huella, registro, y volcaremos nuestras experiencias y vivencias, de forma que a partir de ahora, cada vez que veamos una escultura pensemos en este taller».

El tono internacional lo aporta Krzysztof Zanussi. El director de cine polaco también afirma que es imposible aprender a hacer cine en tres días, pero sí aprender a mirar el mundo: «Exploraremos el conflicto, la guerra permanente en la que vivimos sumidos, partiendo de un pesimismo hasta descubrir una esperanza».

Por su parte, Miki Leal, del taller de Pintura, buscará «la estética de la autenticidad» a través de la búsqueda, dentro de cada uno, de lo que tiene de auténtico, individual, primitivo, familiar. Y para elevarnos a la espiritualidad a través de la Música, Ignacio Yepes nos introducirá en Bruckner, «un compositor complejo de sinfonías inacabables»: «A través de sus motetes, entenderemos cómo cuando Cristo muere Bruckner nos lleva con la música a esas profundidades, y cuando Dios lo levanta sobre todo y le concede el ‘Nombre-sobre-todo-nombre’, nos eleva con él».

Lo sagrado ha sido el tema recurrente y habitual del arte durante toda la historiaJavier ViverEscultor y director del Observatorio de lo Invisible

El escultor e imaginero Javier Viver dirige el Observatorio de lo Invisible. «Esta es la cuarta edición, pero todo nació como una idea: buscábamos unir arte y espiritualidad porque, de hecho, lo sagrado ha sido el tema recurrente y habitual del arte durante toda la historia».

A lo largo de los años, el Observatorio de lo Invisible ha crecido, pero siempre reuniendo «artistas con la misma inquietud»: «Cada año sigue suscitando nuevas inquietudes y aumentando el número. Este año más de 200 solicitudes y hay 153 participantes en este encuentro entre profesores, artistas y alumnos».

Además, según Javier Viver «el lugar marca mucho», por lo que el cambio del Monasterio de Guadalupe al de la Santa Espina ha supuesto grandes novedades: «Lo más importante es que podemos estar todos juntos, viviendo y conviviendo bajo el mismo techo, y que lo tenemos sólo para nosotros. Eso multiplica la potencia de intercambio entre nosotros». Además, el director ha recordado que «la gente de los alrededores podrá participar en las veladas artísticas, que se abren a todos los pueblos cercanos».

Pero lo más especial es, sin duda, cada uno de los artistas que aquí se reúnen. «El Observatorio se nutre de la creación, la intuición y del talento de cada uno de los que estamos aquí. Cada año hay gente distinta y cada edición es una sorpresa detrás de otra, donde la historia personal de cada uno contribuye a la propia obra que genera el Observatorio».

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