'¿Dios existe?' El libro retador del cardenal Sarah
En su nueva obra, el cardenal Sarah busca responder a las «difíciles preguntas» planteadas por el periodista David Cantagalli, quien, «con celo apostólico», aborda la crisis de identidad y fe que afecta al mundo actual
El cardenal Robert Sarah, prefecto emérito de la Congregación para el Culto y la Disciplina de los Sacramentos, presenta su nuevo libro ¿Dios existe? El grito del hombre que pide salvación, (ediciones Cantagalli), publicado a finales de 2024. En esta obra, el purpurado africano explica que su objetivo es responder a las «difíciles preguntas» planteadas por el periodista David Cantagalli, quien, «con auténtico celo apostólico», le ha formulado, abordando así la profunda crisis de identidad y fe que afecta al mundo actual.
En sus respuestas, el cardenal recurre a su propia historia, a la enseñanza de los Papas que han influido en su vida y al diálogo con amigos, sacerdotes y laicos comprometidos con Cristo y la Iglesia. «He buscado las respuestas en mi historia personal y en mi corazón, en el Magisterio de la Iglesia», expresa Sarah. Una de las temáticas clave del libro es la crisis de Occidente, que, según el purpurado, no refleja la muerte de Dios, sino la del hombre.
En una reciente entrevista con el medio italiano Il Timone, que habla sobre su nueva obra, y que recoge Religión en Libertad, Sarah sostiene que «Occidente vive una profunda crisis identitaria, antropológica, en la que el hombre, en su verdad y belleza, parece que ya no es consciente de su dignidad y su vocación a la felicidad, al cumplimiento del propio ser personal».
«Quien se va, siempre se equivoca»
Según él, esta crisis tiene sus raíces en el cambio de pensamiento que transformó la concepción de la existencia humana: «Es obvio que todo esto tiene raíces remotas, a partir de la sustitución del agustiniano amo ergo sum (amo, por lo tanto soy) con el cartesiano cogito ergo sum (pienso, por lo tanto existo)». Este cambio, según el cardenal, redujo la naturaleza relacional del ser humano a una autoconciencia subjetiva, alejando al hombre de su relación con lo real, que es esencial para comprender el ser.
Sarah también aborda la crisis de fe que afecta a la Iglesia católica en el mundo de hoy, considerándola como «la más profunda y crucial de todas». A pesar de los desafíos, el prefecto emérito afirma que aquellos que entregan su vida a Dios hoy lo hacen con una intención «seria y radical». Sin embargo, señala que la fidelidad a la tarea divina a lo largo del tiempo es cada vez más difícil «en un contexto cultural cada vez más hostil». «Con la fragmentación de las relaciones, que no hace percibir el apoyo y el calor de una comunidad creyente, es cada vez más complejo vivir la radicalidad del Evangelio», reflexiona.
En cuanto a los que abandonan la Iglesia, Sarah lamenta profundamente esta decisión, considerándola como un error grave. «Quien se va, siempre se equivoca. Se equivoca porque abandona a la Madre; se equivoca porque lleva a cabo un peligrosísimo acto de soberbia, erigiéndose en juez de la Iglesia», afirma el purpurado. Aunque reconoce que algunas enseñanzas y prácticas pueden ser difíciles de comprender, destaca que esto no justifica la decisión de abandonarla. «A veces no todo es inmediatamente comprensible, y algunas cosas pueden parecer del todo inoportunas, que no han sido adecuadamente ponderadas, incluso pastoralmente infundadas o perjudiciales; a pesar de todo esto, ello no autoriza a irse», concluye.
Haciendo referencia a Benedicto XVI, Sarah cree fundamental que los fieles no deben crear una «nueva Iglesia»: «Ya se intentó y se fracasó. Tenemos que amar esta Iglesia, sufrir con ella y por ella, y reconocer que en ella subsiste la Iglesia de Dios y que de ella recibimos todos los medios para la salvación, de la que tenemos una extrema necesidad».