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El Papa Francisco celebrando la misa en Floriana.

El Papa Francisco celebrando la misa en Floriana.AFP

El Papa pide una Iglesia que no juzgue y «salga a buscar a los pecadores»

Más de 10.000 personas se han dado cita hoy en Floriana para asistir a la misa principal del viaje del Papa a Malta. Una multitud entusiasmada a la que Francisco ha reclamado que formen parte de una Iglesia «que no se enfoque en denunciar los pecados, sino en salir en busca de los pecadores con amor. No nos fijaremos en quienes están, sino que iremos a buscar a los que faltan».

En su homilía de hoy, en la que ha comentado la parábola de la mujer adúltera, el Papa ha asegurado que quienes conocen realmente a Jesús son «quienes experimentan su perdón. Quienes, como la mujer del Evangelio, descubren que Dios nos visita valiéndose de nuestras llagas interiores». En los acusadores de esa mujer adúltera, el Papa cree que se refleja «el retrato de esos creyentes de todos los tiempos, que hacen de la fe un elemento de fachada, donde lo que se resalta es la exterioridad solemne, pero falta la pobreza interior, que es el tesoro más valioso para el hombre».

El Papa ha reclamado a los fieles congregados esta mañana en Malta que aprendan a mirar al prójimo como Jesús, «es decir, con una mirada de misericordia». Lo contrario de quienes se empeñan en juzgar y despreciar a quienes no llevan una vida cristiana y olvidan la misericordia en el trato con los demás. Acusadores que normalmente son buenos conocedores de la religión y se vanaglorian de seguir las normas establecidas.

Todo un llamamiento contra «la carcoma de la hipocresía y la mala costumbre de señalar con el dedo». Un vicio que se entromete en todo tipo de comunidades y que lleva a malinterpretar a Jesús, «a tener su nombre en los labios, pero desmentirlo con los hechos».

La multitudinaria misa de esta mañana en Malta ha terminado con una petición de oraciones por «la martirizada Ucrania, todavía bombardeada en esta guerra sacrílega». Unas palabra que han sido muy aplaudidas en la Plaza del Grano en Floriana.

Con unos fieles que no han dejado de agitar banderas del Vaticano a su paso por las calles de Malta, el Papa se ha sentido muy bien acogido en esta isla. Antes de celebrar la misa, a primera hora de la mañana, el obispo de Roma ha tenido la oportunidad de rezar en la gruta de San Pablo en Rabat, en las afueras de la antigua capital de la isla. Se trata de un espacio pequeño, en una zona de catacumbas, en donde la tradición indica que el Apóstol de las Gentes vivió tras su naufragio en la isla, en el año 60.

El viaja a Malta concluye esta tarde con la visita a un centro de refugiados, donde conviven quienes llegan desde las costas de Libia hasta esta última isla de Europa. El Papa quiere recordar a los ciudadanos de Malta el ejemplo de la acogida que tuvieron sus predecesores con San Pablo, en su camino hacia Roma.

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