Mientras el Papa está en la JMJ de Lisboa, ¿qué sucede en el Vaticano?

¿Cómo se vive la Jornada Mundial de la Juventud en el Vaticano? Este año se intenta transmitir el espíritu de Lisboa también a Roma. Durante el evento, previsto del 1 al 6 de agosto, se invita a los peregrinos que lleguen a la Basílica de San Pedro en el Vaticano a unirse a una comunión de oración por los jóvenes reunidos en Lisboa con el Papa Francisco.

Se invita a la oración

La invitación a acompañar a los jóvenes con la oración de los peregrinos en la Tumba de Pedro se refiere, en colaboración con el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, a las Misas celebradas en la Basílica Vaticana y a la Adoración Eucarística diaria en la Capilla del Santísimo Sacramento, en la nave derecha de la Basílica.

Los horarios de adoración van desde el final de la Misa matutina, celebrada a las 8.30 en la misma Capilla, hasta las 16.30, hora de la reposición.

Por primera vez, en la entrada de la Capilla se ha instalado un aviso gráfico que recuerda a los peregrinos que entran para la Adoración el acontecimiento especial de la JMJ, con indicaciones para acceder a la página de la Basílica de San Pedro dedicada a la JMJ y para descargar los textos oficiales de la oración de la JMJ en diferentes idiomas.

600 peregrinos romanos

De Roma partieron 600 jóvenes hacia Lisboa; una pequeña parte de los 65.000 jóvenes peregrinos italianos presentes en Lisboa (la segunda en número después de España). Todas las parroquias de la capital de Italia contribuyeron a enriquecer el grupo de jóvenes peregrinos, acompañados nada menos que por cuatro obispos auxiliares de la diócesis de Roma. El cardenal vicario Angelo De Donatis quiso que los jóvenes romanos se detuvieran no sólo en Lisboa, sino también en el santuario de Fátima, durante el viaje de la JMJ, para reunirse en oración ante la estatua de la Virgen María.

Italia en la Jornada Mundial de la Juventud puede contar con al menos tres «récords». El primero se refiere a la monna Maria Luisa, de Milán, que acompañó a Estocolmo a su nieto, recién licenciado en ingeniería, a quien regaló el viaje de premio por su graduación en la JMJ. «Creo que soy la abuela más anciana de la JMJ». El espíritu es juvenil, el rostro jovial, pero en realidad María Luisa tiene 88 años.

Francisco, el provocador

«Mi gran deseo es también encontrarme con el Papa. Esperemos poder hacerlo», dijo la vivaracha abuela más anciana de la JMJ, entrevistada por el diario católico Avvenire.

Un segundo récord procedente de Italia se refiere a un cardenal. Primero como asistente scout nacional, después como obispo, en agosto de 2023 como cardenal y administrador apostólico de la diócesis de Iglesias en Cerdeña, Su Eminencia Arrigo Miglio asistirá en Lisboa a su 37ª JMJ. Desde las alturas de su experiencia, el cardenal de 81 años recordó a la agencia episcopal Agensir que «en San Juan Pablo II, en la JMJ, siempre me pareció ver al Don Karol de los campamentos con jóvenes en los montes Tatra, en Polonia». Del Papa Benedicto XVI, continuó el cardenal Miglio, destacó «la claridad y la maestría de saber hablar a los jóvenes, tocando las cuerdas más profundas del corazón y las preguntas que todo joven lleva siempre dentro».

La llamada del Señor

Mientras que al Papa Francisco, concluyó Miglio, «casi podríamos llamarlo un 'provocador', que incita a los jóvenes a salir a la calle, a hacerse oír, a hacer 'lìo', como él intenta repetir a menudo. Un enemigo de los cómodos sofás. Uno que da coraje, que los toma en serio y que entiende sus protestas. Así en Río en 2013, pero también en Cracovia en 2016 y en Panamá en 2019».

Por último, antes de llegar a Lisboa, visitó la Basílica de San Pedro y se reunió con el Papa Francisco, el padre Cameron Smith, religioso de los Misioneros del Amor de Dios, con su grupo de 45 peregrinos australianos. El padre Cameron es el sacerdote más joven que ha encontrado una vocación durante la JMJ Sydney 2008. Formaba parte de los 500.000 jóvenes que aceptaron la invitación del Papa Benedicto XVI la tarde del 19 de julio de 2008, en el hipódromo de Randwick, en Sydney. Allí se celebró la vigilia que, a día de hoy, es el acontecimiento más concurrido de la historia de Australia. Fue aquella tarde cuando Cameron, de 18 años, sintió la llamada del Señor y comenzó su camino como religioso, que le llevó a atravesar un difícil periodo de fragilidad. La historia de Cameron da testimonio de cómo en la JMJ pueden suceder cosas extraordinarias, como vocaciones y diálogos privados únicos con el Señor.