El Vaticano sopesa bendecir uniones civiles y homosexuales sin considerarlas matrimonio
Esta novedad figura en un documento publicado este lunes por la Congregación para la Doctrina de la Fe
El Papa Francisco ha permitido que los sacerdotes otorguen bendiciones a «parejas en situaciones irregulares», que incluyen a divorciados vueltos a casar, uniones civiles y parejas en relaciones amorosas sin fines matrimoniales sacramentales, así como a parejas del mismo sexo. Esta decisión está respaldada por la declaración Fiducia supplicans del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, firmada por el cardenal Víctor Manuel Fernández.
En la declaración, se subraya que estas bendiciones no deben parecerse a un matrimonio eclesiástico tradicional. Se especifica que se trata de «una bendición» que se otorga fuera del altar para evitar confusiones con el sacramento del matrimonio. El Papa ha autorizado estas bendiciones con la condición de que no se realicen durante ritos civiles de unión ni se asocien con gestos o palabras propias de un matrimonio, ya sea para parejas en situaciones irregulares o del mismo sexo.
Estas bendiciones no otorgan legitimidad en el estatus de las parejas, sino que las personas involucradas «buscan que todo lo verdadero, bueno y humanamente válido en sus vidas y relaciones sea investido, santificado y elevado por la presencia del Espíritu Santo». Es importante resaltar que esta declaración es de índole pastoral, no doctrinal.
La declaración surge como respuesta a consultas previas al Dicasterio, relacionadas con la postura de la Iglesia respecto a estas cuestiones. Además, se reconoce la relación con la respuesta previa del Santo Padre a los dubia planteados por algunos cardenales antes del Sínodo.
Esta decisión probablemente aumentará la preocupación entre las franjas conservadoras de la Iglesia, que ya expresaban inquietudes sobre posibles cambios en la enseñanza de la Iglesia en temas de moral y fe. Es importante recordar que esta decisión papal sigue a la primera sesión del Sínodo sobre la sinodalidad, el pasado mes de octubre, en la que se debatieron asuntos como la inclusión del colectivo LGBTI y el papel de las mujeres en la Iglesia, aspectos respaldados por Francisco pero cuestionados por ciertos sectores conservadores.
Por otro lado, la declaración reafirma la doctrina tradicional de la Iglesia sobre el matrimonio, asegurando que no se permitirá ningún rito que pueda generar confusión. El documento se presenta como una contribución innovadora al significado pastoral de las bendiciones, permitiendo ampliar la comprensión clásica de estas prácticas, aunque se mantenga estrechamente ligada a una perspectiva litúrgica.
La declaración se presenta como un tributo al pueblo fiel de Dios, que busca constantemente la bendición de la madre Iglesia. Este enfoque pastoral hacia las bendiciones a parejas en situaciones irregulares se aborda como parte de una actitud inspirada en la gracia y la misericordia, sin aprobar las elecciones de vida de estas parejas.
Por tanto, aunque se reafirma la doctrina católica sobre el matrimonio entre hombre y mujer, se propone una perspectiva pastoral que no excluye las bendiciones para parejas en situaciones irregulares, considerándolas como un gesto de apertura, inicio y ayuda en su camino espiritual. «En este contexto en el que se puede entender la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo, sin convalidar oficialmente su status ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el Matrimonio», dice textualmente la declaración.
Por su parte, Andrea Tornielli, director editorial de los medios vaticanos, en un editorial aborda la apertura, como parte de un enfoque pastoral inspirado en la gracia y la misericordia. Y destacó cómo la declaración profundiza la doctrina sobre las bendiciones, permitiendo este gesto sin aprobar las elecciones de vida de estas parejas.
En el editorial vaticano se habla del papel del pastor, cuyo corazón debe acoger a aquellos que buscan estas bendiciones, reflejando la actitud de Jesús en acercarse a los marginados y pecadores, ofreciendo misericordia y amor sin condiciones previas.
Aunque se reafirma la doctrina católica sobre el matrimonio entre hombre y mujer, se propone una perspectiva pastoral que no cierre la puerta a las bendiciones para parejas en situaciones irregulares, considerando este gesto como un comienzo, una oportunidad y una ayuda en su camino espiritual.